Llegó al Atlético y a la Liga española hace dos años y medio. En Turquía y en su Galatasaray era la gran estrella, el ídolo, el líder. Calidad siempre tuvo para regalar pero muchos dudaban (dudábamos) de su adaptación al fútbol español y un club tan inestable y tan mediocre como el Atlético que le vio llegar.
Su carácter introvertido, además, ayudaba poco. Le ha costado (está costando) bastante aprender español. De hecho, cuentan que se ha traído de Turquía a un compatriota que habla español para que le ayude en sus gestiones del día a día (hacer la compra y demás)
En lo futbolístico, su primera temporada, la 2011/12 fue bastante gris: la primera mitad de temporada, con Gregorio Manzano en el banquillo, fue un desastre para todo el equipo y, en la segunda, ya con Simeone en el banquillo, dicen algunos que la presencia de Diego Ribas le impidió mostrar todo su potencial.
Pero, a partir de la temporada 2012/13, apoyado en la estabilidad de que Simeone ha dotado al club rojiblanco, Arda Turan ha empezado a crecer de forma exponencial en su juego. Siempre pide la pelota, siempre quiere el balón. Y lo más importante, siempre sabe qué hacer con él. Y lo que hace con la pelota es siempre diferente. Recorta, asiste, manda, para el juego cuando hace falta… En una plantilla no precisamente sobrada de talento, el turco es el dueño del balón. Y el elemento diferencial. Cuando no está sobre el campo, la creatividad del Atlético se reduce drásticamente.
Arda Turan (Fuente: www.deportes.terra.es)
Y su crecimiento no se ha detenido: el año pasado ya era clave en el Atlético pero no estaba para ser titular en un equipo de primer nivel (más allá del nivel dado por el Atlético este último año y medio). Pero su desempeño esta temporada invita razonablemente a la duda.

Su único pero: hace muchas cosas buenas (excelentes, incluso) un poco lejos del área. Su consiguiese acercar todo su juego al área, sería (todavía) mejor.
En el Calderón, la afición lo adora. Su juego unido a frases como “El Atlético es un club con un sentimiento de pertenencia muy fuerte. Y yo siento que pertenezco aquí, que éste es mi sitio” le han convertido definitivamente en uno de los ídolos de la afición rojiblanca. En un club acostumbrado a perder, verano tras verano, a su (supuesta) máxima estrella, el ardaturanismo es religión. Y que dure.

@mattletisier