
El argentino de 53 años comenzó su carrera como entrenador en los banquillos de Francia. Tras su paso como futbolista por el París Saint Germain, acabó entrenando en 1997 y 1998 al Caen, para después llegar al Lausanne (2002-2003), viviendo así sus primeras aventuras como mánager en el país francés. En el 2004 asumiría el control de la selección de Arabia Saudí, consiguiendo un hito para la nación, el de jugar el Mundial de 2006 disputado en Alemania, en el cuál acabarían cayendo en la fase de grupos, en tercera posición y sin Calderón como entrenador ya que fue destituido en 2005 por una mala imagen en un torneo asiático llamado 'Juegos Asiáticos del Oeste'.

En noviembre de 2011 firmó por el Baniyas SC, un club bastante modesto de los Emiratos Árabes Unidos, al cuál consiguió meter en la final de la Copa del Príncipe por segunda vez de la historia del club y además lo clasificó por primera vez para la Champions League Asiática. Entre 2012 y 2013 entrenó a la selección de Bahrein, con el que sería su último proyecto antes del más ilusionante, este que empezó hace unos días, y el que él ha definido como el más importante de su vida.
Él mismo decía esta frase sobre sí mismo, frase que ha calado en todo el beticismo; "No soy ni Maradona, ni Pelé, pero soy un ganador". Y creo que ha quedado bastante demostrado con este breve recorrido por su trayectoria. El sistema de juego también ha sido definido por el subcampeón mundial con Argentina y actual entrenador helipolitano: "Vamos a intentar dar un buen trato al balón, a mí me gusta tenerlo, pero cuando no lo tengamos tendremos que aprender a sufrir". Además definía como 'héroes' al tipo de jugadores que necesita sobre el campo.
Calderón ante su nuevo reto se encuentra ante una final a vida o muerte, mañana viernes en Balaídos, en el primer partido de la jornada 21. De cosechar la victoria a no hacerla hay un mundo, y todo el equipo lo sabe, por lo que no puede fallar en el día de mañana.
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