Cualquiera
que hace 72 o incluso 48 horas pensara que el caso de los “57,1 millones de euros
y punto” acabaría con la presidencia de Sandro Rosell en el Fútbol Club Barcelona
podría ser tomado por loco, forofo anti-Rosell o visionario, aunque nunca con
tanta celeridad en el suceder de los acontecimientos. Eduardo Inda, exdirector
de “Marca” y ahora mano derecha deportiva de Pedro J en “El Mundo”, asistente a
debates políticos con asiduidad en La Sexta, es de esos periodistas que no deja
indiferente a nadie, con mala crítica especialmente tras su paso por el diario
deportivo. Primero fue Ramón Calderón, que no le guarda buen recuerdo y utiliza
a Inda como diana en sus críticas en las redes sociales con asiduidad; no es de
extrañar, si hay un mérito grande de Eduardo fue destapar las tropelías de
Calderón, Nanín y sus compinches.
No sabemos
qué recuerdo le quedará al bueno de Sandro del periodista ahora y en un futuro,
pero el devenir de los hechos tras su información sobre el precio real de
Neymar ha acabado con él. Amenazas, etapa terminada, llámenlo como quieran, pero
si el fin de semana Sandro pensaba que el jueves iba a dimitir, tiene más mérito
su visión del futuro que los viajes en el tiempo del Delorian de J Fox.
Excepcional
vicepresidente y candidato, su posición en el mercado, especialmente con Nike y
el mercado brasileño, hicieron de él un compañero de viaje extraordinario para
Laporta. Quién les ha visto y quién les ve. La llegada de Ronaldinho pudo ser
la gran clave del Barcelona que hemos visto en los últimos años. La presidencia
come a los grandes actores secundarios, suavizó los impulsos independentistas y
políticos de Joan de su última época, donde la utilización del Barcelona para
sus fines fue más que evidente. Hoy es un cadáver más de su bonita historia con
Brasil, país que le encumbró y país que le deja fuera del mando. Entre Ronaldinho
y Neymar tres puñados llenos de títulos y un club que sigue su marcha, al fin y
al cabo y como dijo un sabio: los jugadores, entrenadores y presidentes pasan,
pero el club continúa.
El caballo
de Troya de Rosell se divide en dos, Jordi Cases y Neymar. El socio, que medita
ampliar la demanda al actual presidente Bartomeu y Xavi Faus, ambos firmantes
en la operación del brasileño, ha dinamitado la presidencia de Rosell, héroe
para algunos y villano para otros. Todo queda en manos del juez Ruz, posiblemente
la persona con más trabajo acumulado de un país enfermo de corrupción A a
niveles de pandemia. Dónde queda la figura de Rosell tras todo esto es algo que
se sabrá en un futuro, al igual que la crisis institucional que atraviesa el
Barcelona con los deberes hechos deportivamente a estas alturas de la temporada.
Las elecciones son necesarias el próximo verano aunque el cargo de Bartomeu se
extienda hasta 2016, algo que anoche en “Luz de gas” alguno ya sabría.

Hoy en día
es complicado, por no decir imposible, saber qué se mueve en los clubes de fútbol.
Representantes, cifras astronómicas a pesar de las deudas, padres, agencias de
representación, propietarios de futbolistas por porcentajes del pastel. A veces
nos abren los ojos y vemos lo que hay dentro, aunque sea en contadas ocasiones.
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