Real Madrid: Los discípulos de Ancelotti tienen varios propósitos para este nuevo año que estamos estrenando.
El primero de ellos es continuar con paso firme en Champions. Consolidar una pareja de centrales definitiva que aseguren equilibrio defensivo al equipo, lograr la mejor versión del doble pivote con Xabi Alonso y Modric, que Isco encuentre su sitio ideal en el equipo y que Benzema afine la puntería.
 
Todo ello para ir superando rondas en la competición fetiche del equipo blanco y, por fin y si Dios quiere y la suerte no les es esquiva, acceder a la final de la Champions y alzarse con la tan ansiada Décima.
 
Si todo esto no puede ser, el propósito del Real Madrid será sin duda La Décima. Aunque llegue con un gol de rebote, tras un penalti injusto y en fuera de juego, como aquel de Mijatovic, o no.
 
Atlético de Madrid: Los colchoneros por su parte tienen un propósito para este nuevo año muy simple: hacer el mejor papel posible en la Champions League.
 
Tras unos años en los que esta competición solo suponía una inyección económica, importante eso sí, para el equipo este año de la mano del Cholo pueden aspirar a mucho más. Son un equipo consolidado con un bloque conjuntado. Sus defensas son sólidos, su centro del campo rocoso y Diego Costa está en un estado de forma espectacular.
 
Con estos ingredientes el Cholo puede cocinar un muy buen plato que llegue bastante lejos en las eliminatorias de la Champions. Por lo pronto parten como claros favoritos en la eliminatoria contra el Milan de Muntari.
 
Barcelona: Los reyes han traído un regalo adelantado a los del Tata Martino como es la vuelta de Messi. Este regalito nos lleva al primer propósito: Recuperar al mejor Messi, es una labor tanto de los preparadores físicos como del Tata, en el terreno mental, y de sus compañeros. Deben crear un ambiente en el que Messi se sienta a gusto y vuelva a liderar la nave barcelonesa.
 
 
El segundo propósito es superar la eliminatoria, complicadísima, contra el Manchester City que viene lanzado (Volvió a ganar en Premier y ya es 2º). Una vez conseguido este propósito con la inyección de moral que supone, el camino hacia la final de la Champions será mucho más relajado. Con Messi la vida se ve de otra manera.