Real Madrid | El Balón de Oro de Karim Benzema viene con un regalo
Para ser honesta vaya por delante que yo siempre fui de ‘Pipita’ Higuaín en la comparación con Benzema. Creo en ese tipo de futbolista, que se ganó el pan día a día y obtuvo el cariño y respeto del Bernabéu –no es nada fácil– a base de trabajo y de no guardarse ni un ápice de esfuerzo. Que aprovechó todas y cada una de las oportunidades que se le brindaron para arrebatar la titularidad a gente como Ronaldo, Raúl, Van Nistelrooy, Cassano o el propio Benzema. El francés, por el contrario, lo tuvo más asequible desde el principio, respaldado por el presidente, por Zidane… siempre se le concedieron más oportunidades que a nadie para triunfar en el Real Madrid.
Después de este ataque de sinceridad y de nostalgia «higuanista» es de recibo reconocer sus méritos a Monsieur Benzema. Llegó al conjunto merengue en julio de 2009 como el delantero con mayor proyección de Europa pero tardó en cuajar en el Madrid. Discutido por afición y sucesivos entrenadores, el galo nunca se sintió indiscutible prácticamente hasta finales de la temporada pasada. Quizá, es lo que es ahora, en parte por esa competencia feroz que le unió y le desunió a Higuaín durante cinco años, el caso es que ahora nadie le porfía como el 9 del conjunto madridista.
Recientemente, Karim ha sobrepasado la mágica cifra de 100 goles con el Real Madrid habiendo invertido 210 partidos para alcanzarla. Se le podrá comparar con Di Stéfano, con Raúl, con Santillana, con Hugo Sánchez pero más allá de la frialdad de los números, Benzema aporta otros intangibles al equipo. Es un delantero atípico, de hecho no tiene ni olfato goleador, ni pillería dentro del área, ni instinto asesino, ni un extraordinario cabeceo y tampoco destaca por su disparo desde larga distancia. La particularidad que ofrece El Gato (como le apodó Mourinho) es asociarse a la perfección con los jugadores que hay a su alrededor, como un centrocampista más. Eso se lo permite su extraordinaria calidad y fruto de ella ha nacido más de un gol en Chamartín.

A las 100 dianas que suma a día de hoy hay que sumarle más de medio centenar de asistencias, una auténtica barbaridad tratándose de un delantero centro. Además, otro de sus puntos fuertes, el desmarque, no solo le ha servido para fabricarse sus propios goles sino que también en innumerables veces fue para arrastrar a las defensas y abrir huecos a CR7, Bale o Di María. Quid pro quo. De Benzema se sirven sus compañeros igual o más que él de ellos.

El ex del Olympique no es tan pillo como Raúl, ni tan determinante como Ronaldo ni tan rematador como Van Nistelrooy ni tan currante como lo era Higuaín, pero tiene su propia fórmula. Para un delantero a veces es hasta bueno obsesionarse con el gol y con la portería pero no es el caso de Karim, para él marcar es un registro más, como otro cualquiera. A él le gusta participar del juego colectivo, caer a banda, participar en las paredes, asistir a sus compañeros y los goles llegan solos. Con esa filosofía van 100, por tanto si la cosa funciona, ¿para qué cambiarla?