
En el
campeonato doméstico, el guardameta gallego ha estado poco menos que impecable.
Sí, casi impecable. Por muy pretencioso que se quiera ser, no se le pueden
poner peros a su trayectoria. Muchos son los que están esperando un fallo suyo
para ‘matarlo’ pero éste sigue sin llegar y pese a la presión externa, Diego
sigue ganándose el puesto domingo a domingo. El lucense ha hecho 55 paradas en
Liga, más que Courtouis y más que Valdés por poner dos ejemplos.
Más
complicado lo tenía el capitán para demostrar que está en el punto óptimo de
forma pero en los últimos dos meses lo ha conseguido. Los 592 minutos que lleva
sin encajar goles entre Copa y Champions avalan a Iker pero el problema es que
Diego continúa sin fallar (aún no ha encajado ningún gol en los tres partidos
disputados en 2014). Entonces…

Pero
todo eso no le valió a Iker para convencer a Mourinho, que a mitad de la
temporada pasada se lo cargó en favor de Adán primero y Diego López después.
Aquello tuvo su parte extradeportivo y con Ancelotti (borrón y cuenta nueva)
todo hacía pensar que Casillas volvería a tener continuidad. Pero no ha sido
así. Y Carletto no es tonto. Evidentemente no va a tirar piedras sobre su
propio tejado y si ha apostado por Diego López para la Liga es porque se siente
seguro con el gallego bajo palos. Y esto es así porque el gallego ha demostrado
ser capaz de realizar las paradas que hacía Casillas pero ofreciendo además
mucha más seguridad por alto. Eso fue lo que siempre se le achacó a Iker y es
precisamente la virtud que tiene el cancerbero lucense frente a su competidor
mostoleño. Lo bueno es que los dos porteros están a nivel bestial y el
problema, bendito problema dicho sea de paso, lo tiene Ancelotti. La pelota
está en su tejado.