Germán
Burgos, segundo entrenador del Atlético de Madrid fue sancionado ayer con tres
partidos de suspensión por su expulsión y posterior numerito el pasado domingo
durante el derby que enfrentó a Atlético y Real Madrid en el Calderón. Su
reacción fue tan airada, saltando incluso al campo y dirigiéndose al colegiado,
que tuvieron que detenerlo entre Simeone y varios jugadores.
El
motivo de la protesta del Mono Burgos
fue un supuesto penalti de Arbeloa a Diego Costa no pitado por el árbitro
Delgado Ferreiro. Esa jugada, en concreto, no fue penalti: en una de las
típicas arrancadas de Diego Costa por banda izquierda a la altura de la lateral
del área (hace la misma jugada todos los partidos para acabar rematando al palo
izquierdo del portero) Arbeloa engancha en un par de ocasiones al brasileño
pero cuándo éste cae dentro del área, lo hace trastabillado, no por acción del
defensa.
A
Germán Burgos, desde la banda, le debió parecer penalti y eso fue lo que colmó
el vaso de su paciencia porque, en el primer tiempo, sí que hubo dos penaltis
no señalados a favor del Atlético: la zancadilla de Ramos al mismo Diego Costa
en una jugada muy similar a la anteriormente citada y un empujón (por decirlo
suavemente) de Pepe a Godín. En honor a la verdad, también hay un penalti no
pitado a favor del Real Madrid en una falta sacada por Cristiano y en la Gabi
protege su cuerpo con las manos y el balón golpea en ella; eso, según el
reglamento actual, es penalti.
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Fuente: www.bleacherreport.com |
@mattletisier