Vivimos en un mundo en el que el fútbol es el llamado “deporte rey”, y ocupa la mayoría de seguidores. Pero en los últimos años se ha incrementado el interés en otros mucho deportes, y uno de ellos es el fútbol sala.

Muchos conciben el fútbol sala como una adaptación del fútbol once a un espacio reducido, en cierta medida, esta consideración la podemos adoptar como válida, aunque existen muchas diferencias entre el fútbol sala y el fútbol.

El fútbol sala es uno de los deportes más fascinantes que existen. Detrás del amplio abanico técnico que poseen los jugadores de “futsal”, se esconde un entramado táctico que hace de este deporte el ejemplo perfecto de combinación entre el foco técnico y el foco táctico para la correcta práctica del mismo.

Un jugador de fútbol sala debe ser muy habilidoso tanto en el regate con balón, como con el regate con el cuerpo o la llamada “finta”, ya que el espacio reducido de la pista (40 metros de largo por 20 metros de ancho) obliga al jugador a utilizar más sus habilidades técnicas que sus cualidades físicas, como puede ser la velocidad. Otro problema que acarrea las dimensiones de la pista al igual que el número de jugadores que componen cada equipo (5 jugadores, 4 de campo y el portero), es que en muchas ocasiones, la jugada individual fracasa y se debe recurrir al ámbito táctico para intentar vencer al equipo rival. Esta circunstancia hace al futbol sala tan especial, a la vez que hace tan difícil y tan meritoria la labor del entrenador.

 

futbol sala

Al observar un partido de fútbol sala podemos apreciar que cualquier jugada a balón parado debe ser resuelta por medio de otra jugada estratégica si queremos obtener algo positivo de ella, ya que por ejemplo, es muy difícil conseguir un gol de falta directa en este deporte, en cambio, si tenemos una buena estrategia para aplicar en jugadas de falta y de córner tendremos muchas más posibilidades de que esa jugada acabe en gol.


En resumidas cuentas, el fútbol sala es un gran deporte y muy atractivo para el espectador, ya que un partido de fútbol sala es verdaderamente emocionante. Constantemente se producen jugadas de ataque que acaban con remate a puerta, lo que provoca que podamos ver en muchas ocasiones marcadores abultados. Es un deporte en el que todos los jugadores intervienen de forma activa en el juego, y hace que veamos en él un gran juego colectivo y de cooperación. Pero lo más asombroso es que sobre la pizarra, cada jugador tiene su posición ideal en el campo (cierre, ala-derecha, ala-izquierda o pívot), pero en el momento del juego se producen circunstancias en las que los atacantes actúan como defensores y los defensores deben hacer el papel de atacantes, por lo que todo buen jugador de campo de “futsal” debe dominar todos los aspectos del juego y saber desenvolverse de forma eficaz en situaciones de ataque y situaciones de defensa. Por su parte, los porteros se caracterizan por sus espectaculares reflejos, y en cierta medida por su valentía, ya que reciben potentes disparos desde una pequeña distancia, y los resuelven con paradas muy poco ortodoxas.

 

No debemos olvidar que el fútbol sala español goza de gran salud. Nuestra liga nacional de fútbol sala (LNFS) es una de las más potentes a nivel mundial y nuestra selección cuenta con un amplio palmarés, compuesto nada más y nada menos que por 6 europeos y 2 mundiales.

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Por todos estos motivos, el fútbol sala es un deporte tan grandioso y magnífico. En los últimos años este deporte ha ganado en adeptos, cada vez los pabellones están más llenos y los niños se decantan por la práctica del “futsal”.
Si alguna vez vuestro hijo/a os formulara la siguiente pregunta: Papá, ¿por qué nos gusta el fútbol sala?, ya tenéis motivos más que suficientes para darle una respuesta, y si no, simplemente ponerle un vídeo en el que aparezca regates y grandes jugadas de extraordinarios jugadores de este deporte, como el mítico Falçao, y todas sus dudas quedarán resueltas.