Mi padre no es un hombre de fútbol como lo es su hijo, ni de lejos, pero tampoco rehúye de este maravilloso deporte y se identifica -más lejos que cerca- con la Real Sociedad. Por lo tanto, y muy a mi pesar, nunca pude preguntarle aquello de “Papá, ¿por qué somos del Barça?”, puesto que me hubiera replicado con algún “pues porque eres tonto, siendo de ese equipo de nacionalistas”. Aunque él tampoco podría presumir dadas las circunstancias, dicho sea de paso. La cuestión es que yo sí me preocuparé de que mi hijo sea culé y espero que algún día me haga la dichosa pregunta. No hace falta que ensaye, sé a ciencia cierta todos los por qués.

Hijo, somos del Barça porque somos de la excelencia. No somos mediocres, es más, huimos de la mediocridad. Si aún no lo haces, ya llegas tarde. El Barcelona nos lo enseña en su ámbito, desde que Cruyff decidió fichar por el Barcelona para luego volver como entrenador con el único fin de reservar un hueco en el cielo donde pudiese residir el club de nuestros amores. Algunos te tacharán de prepotente, se burlarán de ti preguntándote si crees que el Barcelona inventó el fútbol. Espero que le respondas como es debido: “El fútbol lo inventaron los ingleses, el Barcelona lo reinventó”.
Campeón, somos del Barça porque somos familiares. Porque somos de casa. La Masía responde a este claro símil, un hogar para aquellos hombrecitos que sueñan con triunfar en el Barcelona donde son acogidos y bienhallados, donde conviven con sus iguales con respeto y armonía, donde aprenden desde que entran lo que es el Club. Pero también La Masía hace función de padres inculcando una serie de valores imprescindibles: educando a sus pupilos en la deportividad, en el respeto, en la competitividad, en la lucha, en la búsqueda de las formas más correctas para alcanzar el fin, en saber perder y en saber ganar, en ser un equipo a la vez de ser una familia. El Barcelona es de los suyos, se debe a ellos.
Pequeño, somos del Barça porque somos campeones. Somos campeones en la vida, tu madre es una campeona porque te tuvo 9 meses en su barriga y le causaste muchos contratiempos pero se desvivió para que vinieras a esta vida lo más sano posible y se desvive con infinita paciencia para que seas la mejor persona que puedas llegar a ser, para llegar a ser campeón. Tu padre es un campeón porque trabaja a destajo para que jamás te falte de nada, porque se esfuerza hasta la extenuación para ser el mejor ejemplo para ti para que tengas esa imagen idealizada a la que poder seguir, sirviéndote de meta y motivación. Tú eres un campeón porque le regalas a tu madre sonrisas que le dan la vida, porque le das ese amor que haga que siga adelante, porque eres su razón de ser. Eres campeón porque te puedo enseñar el fútbol como yo lo descubrí, porque me preguntas tus dudas sintiendo que soy el ser más sabio del mundo y porque también eres mi razón de ser.
Hombretón, somos del Barça porque somos de sentimientos. En todos esos días que necesitamos una sonrisa y no la encontramos, esos días que esconden todo resquicio positivo, esos días cuando todo parece derrumbarse, aparece el Barcelona y nos salva. Nos acoge en sus brazos y nos catapulta hacia esa gloria en la que tantas veces anida, nos inunda el corazón de un gozo tan difícilmente explicable, nos borra de nuestra mente durante 90 minutos todos nuestros problemas para volver a ver el sentido de la vida, nos dibuja esa sonrisa que tanto buscábamos, nos descubre ese resquicio positivo por ínfimo que sea y nos reconstruye esos muros que se derrumbaron. ¿Puedes decirme algo más bonito y excitante que un sentimiento que no puedas explicar ni en cuatro párrafos?
Machote, somos del Barça porque Dios así lo dispuso, porque cada domingo no tendría sentido sin el partido azulgrana, porque la gloria nos pertenece. Somos del Barça porque somos de fútbol.