Para muchos, el fútbol es
solo un deporte como otro cualquiera, pero en cambio para otros significa mucho
más. Solo los verdaderos apasionados de este deporte saben a lo que me refiero.
El fútbol es capaz de unir
a conocidos y a extraños entorno a un mismo sentimiento. Puede llevarte a la
desolación, y solo instantes después, puede elevarte al cielo. El fútbol te
hace ser fiel a un equipo, ser fiel a unos colores, y además te hace sentir
participe de los éxitos y las glorias de ese equipo. Y qué mayor éxito hay, que
ser campeón del mundo. Y si además lo consigues en Brasil, donde el fútbol es
una religión, ese éxito tiene un sabor especial. Por todo esto, el Mundial que
se nos avecina será un acontecimiento difícil de olvidar.

Treinta y dos selecciones
han llegado a Brasil con el objetivo de proclamarse campeón. El camino será
largo y difícil, ya que en el fútbol nadie regala nada. No vale la condición de
favorito y principal candidato, ya que en estos torneos del K.O, una mala tarde
puede hacer que te despidas de todos tus sueños.
El desenlace final de este
capítulo de la historia del fútbol mundial, lo conoceremos en aproximadamente
un mes. Hasta entonces, solo nos queda esperar, y que bonita es esa espera.
Durante la duración del campeonato veremos grandes partidos, goles para el
recuerdo, jugadas que nos dejarán boquiabiertos y seguro que nuevos talentos y
nuevos jugadores a los que este evento les cambiará la vida.
Ya llega el Mundial, ya
llega el fútbol. Solo nos queda disfrutar, y disfrutar como mejor sabemos, que
es viviendo con intensidad nuestra verdadera pasión, el FÚTBOL.