
Fue una imagen desgarradora: Suárez en
cuclillas afligido por un empate que los alejaba del título. Se tapaba el
rostro con su camiseta. Antes de la intervención de Gerrard, las cámaras llegaron
a acercarse lo suficiente como para captar los gemidos del uruguayo producto de
su llanto. Su temporada fue sencillamente espectacular. Además de sus 31 goles
logró dar 14 pases-gol y sus colegas de la Premier League no dudaron en
otorgarle la distinción como el mejor jugador de la temporada 2013-2014.
Luis Suárez hacía su debut en el mundial
ante una Inglaterra que alineaba con 5 jugadores del Liverpool: Johnson,
Henderson, Sterling, Sturridge y Steven Gerrard. Uruguay venía de caer
derrotada (3-1) sorpresivamente ante Costa Rica en la primera presentación de
la selección charrúa y Luis Suárez lo sufrió desde el banco. Hace tan sólo un
mes estaba en una silla de ruedas recuperándose de una operación de meniscos de
su rodilla izquierda.
El partido estaba cargado de emocionalidad para el delantero uruguayo. Enfrentaba a quienes hace tan solo unas semanas lo consolaban en su llanto. Enfrentaba a las especulaciones que habían en torno a su estado físico. Enfrentaba a la subestimación de Roy Hodgson que todavía no lo consideraba un jugador de talla mundial. El uruguayo se encargó de disiparle las dudas al técnico inglés.
Arrancaba el partido con la garra de
siempre. Apretando a los centrales rivales en la salida y corriéndolos para
provocar el error. Es una pesadilla para aquel que pretende salir jugando. Con
la pelota es un canchero: atrevido y descarado. La pisa de espaldas ya sea para rebotarla de primera
o darse vuelta con una gambeta que lo perfile de cara al arco. Letal en el uno contra uno. Incontrolable
en sus movimientos, ingobernable. Referenciarlo es prácticamente imposible.
Probablemente no exista un centrodelantero en el mundo con la habilidad del uruguayo
para generarse espacios. Es hiperactivo,
no puede quedarse quieto. Su dinámica es constante y resolutiva. Se desmarca con una
facilidad pasmosa y sus compañeros lo agradecen. Saben que siempre tendrán en
Luis Suarez una alternativa de pase.
En el primero de sus 2 goles ante Inglaterra hizo un
movimiento de distracción para ingresar al área. Cavani se tomó su tiempo para
colocarle un hermoso centro que Suárez se encargó de cabecearlo al fondo de la
red. Era el 1-0 que adelantaba a los uruguayos. En la agonía del partido y con
el juego empatado a uno, Muslera detectó a Suárez desmarcado y le hizo un gran
pase en largo que Gerrard rozó para dejarlo habilitado. El uruguayo no perdonó.
Escorado a la derecha sacó un remate con alma y vida para romperle el arco a Hart
y salir corriendo a celebrarlo con lágrimas en los ojos. Era el llanto de un
campeón.

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