Directo del archivo, un perfil de Koke Resurrección tras su negativa de fichar por el Barcelona para dar una lección en tiempos de traiciones. “Era difícil decirle que no al Barcelona, pero quería seguir en mi casa”. Hace años decidió quedarse y disputar un puesto en el primer equipo. Ahora el primer equipo es tuyo. 

 

“Pues el córner lo saco, jeje, no fue uno de mis mejores córners, lo saqué al primer palo y se me quedo un poco bajo… y la saco Higuaín, recuerdo que estuve a punto de dejar salir la pelota pero vi un espacio antes de que saliera. La puse en el espacio, en el primer palo… y apareció Miranda. No me lo creía, fue uno de los mejores balones que metí en el partido”.Declaraciones de Koke tras el Real Madrid 1 vs Atlético de Madrid 2 de la final de Copa del Rey 2013.
 
            Jorge Resurrección, más y mejor llamado como Koke, nunca fue un especialista para ejecutar las faltas. La estrella del Atlético de Madrid lo menciona en reiteradas ocasiones con la humildad, sinceridad y lealtad del jugador superestrella que tiene como hobby estar con su familia y con los mismos amigos de toda la vida. Su actual entrenador, Diego Simeone, lo convenció para que se dedicara y esforzara en cobrar las pelotas detenidas porque estaba convencido de que no tenía nada que envidiarle a futbolistas consagrados como Andrea Pirlo o Steven Gerrard. El argentino, una vez más, no se equivocó.
 
El botín derecho del canterano rojiblanco, que debutó en el Atlético de Madrid B con 16 años, no terminaba de convencer a los miles de aficionados, fanáticos que ahora lo aplauden cada noche de Champions en el Calderón. Las horas de trabajo, esfuerzo y compromiso del colchonero se fueron acumulando para que a día de hoy, con 22 años, Koke, pueda afirmar que es uno de los mejores lanzadores del mundo. Los especialistas no mienten: Simeone declaró que su dirigido se convertiría en uno de los 10 mejores jugadores del mundo mientras que Xavi Hernández anunció que Koke “está llamado a ser la batuta de la selección española durante los próximos 10 años”. Al rojiblanco se le compara con Milinko Panic, leyenda colchonera, pero él prefiere desligarse: “Siempre es bueno que te comparen con uno de los mejores jugadores del club. Pero Pántic es Pántic y yo quiero que me recuerden como Koke”. Cada tiro de esquina que ejecuta es una razón para levantarse del asiento y afinar las gargantas para la celebración de un posible gol. Sin embargo, él, con la humildad de siempre, dirá que falta mucho por trabajar. A pesar de haber mejora la vida de miles de colchoneros, a pesar de que la gesta del 17 de mayo nació de sus botines.
 
Es imposible entender a Koke si es que se deja de lado a Borja Resurrección, su hermano mayor. Al igual que él, Borja entrenaba en las divisiones inferiores del Atleti y ambos tenían esa pasión por el fútbol y por la rojiblanca. Una lesión alejaría a Borja del fútbol para siempre. De él se dice que también tenía ese talento en el golpeo del balón, y los amigos molestaban a Koke diciéndole: “Cuando llegues a tener la precisión que tenía tu hermano, nadie te detendrá.” La estrella del Atlético de Madrid relata que su hermano siempre ha sido un referente para él, alguien que le ha dado consejos, y que ha estado presente tanto en los buenos como en los malos momentos.  Esa lesión fatídica de Borja le enseñaría a Koke que las oportunidades y los momentos hay que aprovecharlos como si fueran los últimos, con el esfuerzo y responsabilidad de siempre.
Koke sale a la calle con la tranquilidad de saber que está haciendo las cosas bien, es por ello que decenas de personas, día a día, lo saludan, lo llaman y lo alaban. Nadie creería que ese juego seguro y superlativo que destila por las canchas de los estadios rivales con más historia del mundo (Santiago Bernabéu, Camp Nou, San Siro, Do Dragao) esconde detrás un carácter reservado y un poco tímido. Con 17 años fue convocado para disputar su primer partido con el equipo profesional del Atleti, en el 2009 y en el Camp Nou, y fue el primero en llegar al bus pero uno de los últimos en subir. ¿La razón? Koke no se atrevió a subir hasta preguntar al capitán Antonio López su lugar en el bus. El jugador nacido en un barrio de Vallecas ha pasado por las distintas categorías del Atleti y de España, con esta última fue convocado a la selección sub17, sub 20 y sub 21. En esta última categoría, ganaría el Europeo disputado en Israel en el 2013. Antes de que llegara su llamado a la selección absoluta y antes del Europeo, Koke aplicaba el “dia a día” en su vida y respondía ante las preguntas de un posible llamado a la Roja: “Por ahora no pienso en la selección absoluta. Estaría muy contento porque es un sueño pero ahora tenemos que preparar un Europeo”. Un Europeo que ganaría y una convocatoria a la selección mayor que luego lograría.
 
Koke siempre destaca el apoyo y los consejos de su familia para mencionar que el momento más importante de su vida, más allá del fútbol, estuvo vinculado a su madre: “El momento más importante fue cuando mi madre salió adelante de la operación que tenía. Gracias a Dios está bien y sigue con nosotros.” La humildad y sencillez de Koke se demuestra en que mantiene el mismo círculo de amigos de la infancia, sigue viviendo en el mismo barrio y saliendo con la misma gente. Su hermano comenta que ese equilibrio personal fuera del campo lo ha ayudado mucho a afrontar los obstáculos que se le presentaron.
Al joven con los pelos de punta que sonríe y se presenta para dar un espectáculo de fútbol cada vez que pisa el gramado no siempre le fue bien. La etapa de Gregorio Manzano al mando del Atleti, antes de la llegada de Simeone, no solo fue difícil para los hinchas, sino también para él. El equipo estaba muy cerca del descenso, las cosas no salían como se esperaba y Gregorio lo había dejado de lado en su esquema. Los minutos y experiencia ganada con Quique Sánchez Flores  se habían visto truncados. Una vez más, consultó con su familia, con la que habla después de cada partido y a la que quiere y necesita siempre cerca, una difícil decisión: la posible cesión. Después de mucho considerarlo, apostó por quedarse y logró ganarse el puesto. Con Simeone, ya todos sabemos lo que sucedió: su rendimiento es idolatrado por veteranos e infantes rojiblancos y hace pocas semanas anotó el gol de la clasificación a las semifinales de la Champions.
El jugador que con 8 años lucía un pelo largo y rizado, al estilo del argentino Alberto Tarantini y el colombiano Valderrama, que dormía con los balones nuevos que le regalaban, luce un nuevo look pero no ha perdido la costumbre por  las cábalas futbolísticas: “Desde hace algunos años, en Nochevieja, siempre se toma las uvas con un balón en los pies. Lo hace desde que ya empezó a creerse que el fútbol podría ser su vida.”, relata su hermano, en una nota para la revista Minuto 116. Tampoco ha cambiado su actitud humilde, se dice que sigue ayudando a los utileros a llevar el material pese a que ya no es un canterano o juvenil en la institución. Su ídolo fue el brasileño Osvaldo Giroldo Junior “Juninho”, el ex futbolista del Atlético de Madrid, y otro de sus referentes, el Niño Torres. Cuando Fernando se perfilaba como una de las estrellas del club, nuestro personaje recién daba sus primeros pasos en el fútbol. En una fotografía en la cual aparece con el Niño y otros canteranos del Atleti, muestra, sin sonreír, el orgullo que sentía por estar al lado de ese jugador que se iría al Liverpool tiempo después. Quien creería que años más tarde ambos personajes se enfrentarían como rivales en la final de la Supercopa de Europa 2012, siendo Torres, esta vez, el que tenga que mirar a Koke con el orgullo de saber que dejó al equipo de su corazón en buenas manos. El Chelsea de Torres caería por cuatro goles a uno contra el Atleti de Koke.
El mediocampista del Atleti no olvida mencionar sus orígenes. Lejos de los carros de último modelo que ahora maneja, recuerda con claridad cómo se turnaban su madre y su abuelo para llevarlo junto con su hermano a los entrenamientos cuando era pequeño. “Siempre íbamos en bus, nunca se me olvidará”. “Mi familia siempre me ha apoyado para que pueda cumplir mi sueño”, complementa. La pasión por el fútbol comenzaría en esta época, cuando acompañaba a sus padres a ver a su hermano entrenar ya que no podía quedarse solo en casa. Si cuando dormía no se despegaba del balón y lo tenía al costado, en su propia cama, menos despierto y en horas libres, así que siempre la llevaba y peloteaba por allí mientras veía a su hermano en la cancha. Con 6 años, le dijeron si deseaba incorporarse al grupo de entrenamiento. No lo pensó dos veces. Así nacería la leyenda de Koke, que un 17 de mayo del 2013, plantaría la bandera del Atlético de Madrid en medio del estadio enemigo, el Santiago Bernabéu, para cerrar un día memorioso en la historia del club. El día en el que los rojiblancos derrotaron al Real Madrid, en la final de la Copa del Rey, tras 14 años sin hacerlo. Como no, con asistencia de los botines de nuestro personaje. Un personaje que tiene la sangre rojiblanca y concluye “Puede ser que esté aquí toda la vida”. Que así sea. 
Daniel R.
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