El
empresario más conocido de Brasil no pasa por un buen momento. Eike Batista, el hombre que encabezó una de
las historias de ascenso y caída más sorprendentes de la historia de los
negocios, podría enfrentar hasta 13 años en prisión si es condenado por las
acusaciones de delitos financieros que le hicieron fiscales en Rio de Janeiro
la semana pasada y solicitaron que se embarguen 1.500 millones de reales
(US$641 millones) en activos que pertenecen al empresario.
La
Champions como tabla de salvación, en eso se ha convertido el máximo torneo, en
un salvavidas temporal para algunos equipos cuyo arranque liguero no ha sido el
esperado. Uno de esos equipos es el Mónaco
que logro esta semana que el embalado Bayer Leverkusen jugara su peor partido
de la temporada en la mejor vitrina del futbol mundial. Una situación que no solo le da oxigeno al
lograr una victoria de mérito sobre la que relanzar su mal inicio de campaña
sino que además, el resultado le cae como rejuvenecedor al técnico Jardim que
planteó un partido inteligente maniatando a su rival, sumergiéndolo en una
somnolencia profunda y prolongada durante todo el encuentro. Un
letargo como en el que anda el onceno galo últimamente.
Realmente
creemos que este triunfo es solo una botella de agua en una travesía demasiado
larga, el conjunto monegasco está muy lejos de aquella motocicleta de alto
cilindraje que nos vendieron dos años atrás pero que hoy se asemeja más a un
ciclomotor de esos que no van a más de 20 kilómetros por hora y a los que les
produce terror cualquier subida medianamente pronunciada. Otro era el panorama cuando el
multimillonario ruso Dimitr Rybolovlev invirtió 230 millones de euros en un
club que adquirió cuando deambulaba como zombi en Segunda División y que la
temporada anterior alcanzo el subcampeonato francés, regresando a la Liga de
Campeones.
¿Pero
que hizo que el club del principado pasara de aspirar a todo a convertirse en
equipo de segunda fila? Por un lado, el equipo
ha tenido que pagar 50 millones de euros a la liga francesa para poder seguir
jugando ese campeonato y los patrocinadores no llegaron como se habían
calculado cuando se hizo la gran inversión de estos últimos años; fue entonces
cuando la desbandada se hizo inminente, James se fue al Madrid, Falcao al
United, Abidal al Olimpiacos, Rivière al Newcastle y hasta Sergio Romero
termino haciendo maletas a la Sampdoria.
No
siempre este tipo de jugadas le salen bien a los apostadores. Para competir contra la tradición de grandes
clubes del viejo continente como el Real Madrid, Bayern Múnich o Manchester
United se necesita algo más que dinero y ambición; se requiere del respaldo de
una gran ciudad, de crear una verdadera cultura dentro de su afición para
seducirlos a que vengan al campo, de tener una identidad que convenza, pero
sobretodo, es clave estar en una gran liga, una que te de las cotas de
exigencia para poder competir en el más alto nivel, en esa elite en la que
pocos se mueven.
Tanto
Batista como el Mónaco se presentaron muy prometedores y hoy solo nos quedan
como anécdotas. Ahora bien, el club
subió los precios para la presente temporada debido a su participación en la UEFA
Champions League pero los seguidores del equipo exigieron la devolución del
dinero por los abonos que compraron para la temporada 2014/15, ya que para su
promoción se utilizó la imagen de los dos 'cracks' colombianos mientras ellos volaban
a otras ligas. Si esto ya estaba
complicado, no creo que pueda ponerse peor y con Moutinho como cactus en
desierto.
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