Foto: estadiodeportivo
Me encanta ver al futbolista que entra en el campo, en el minuto que sea, y “se pega” un sprint para llegar a la jugada o simplemente para entrar con ritmo. Toché es ese jugador y es una cualidad muy valorada en cualquier grada y la de Riazor no iba a ser menos. Toché es, en el Dépor, uno de esos jugadores que hacen equipo desde el banquillo.

No soporto ver un jugador que entra andando en el campo. Es una cuestión de actitud. El jugador que sale mordiendo le manda un mensaje a su equipo, “venga, chavales, vamos a por ellos”; y otro a su adversario, “voy a por vosotros”;  y , sobre todo, el mensaje que le manda a su afición, “salgo a dejarme la piel por vuestros colores”. Toché no lleva mucho tiempo en el Dépor, no dispone de muchos minutos ni tampoco ha marcado muchos goles pero, es un delantero que gusta y del que siempre se espera pelea y buen juego aéreo.

Toché es uno de esos jugadores nómadas cuya carrera se ha construido a base de explorar nuevos equipos y ligas. No ha tenido la suerte, cada vez menos frecuente por otra parte, de asentar su carrera en un equipo. Llegó al Dépor procedente de la liga griega después de marcar 20 goles en 2 temporadas con el Panathinaikos. En el Dépor lleva 6 en 20 partidos pero en su favor hay que decir que no ha gozado de la confianza plena de los diferentes entrenadores.

Soy de los que piensan que el juego de un delantero es el que más se resiente si el equipo no funciona y, si hay un equipo que ha demostrado un mal funcionamiento en los últimos años, ese es el Dépor. Sin embargo, creo que más allá de nombres, Toché es una apuesta por la pelea constante y el peligro en el juego aéreo. Una solución más que legítima para un equipo que va a sufrir y mucho, esta temporada, como el Dépor. Toché merece más minutos y Riazor le espera.