Cuando me disponía ha escribir mi artículo de opinión sobre el partido Málaga CF-Real Madrid saltaba la noticia del fallecimiento de una persona involucrada en una pelea de ultras en los aledaños del Estadio Vicente Calderón minutos antes de comenzar el partido de fútbol Atlético de Madrid- Deportivo de La Coruña. Ante la pérdida del valor más preciado de un ser humano, su vida, el fútbol pasa a un segundo plano y carece de sentido hablar de él.
El fútbol debe ser motivo de alegría, de disfrute, de pasión, de rivalidad pero NUNCA de violencia. Todos los estamentos implicados deben trabajar duro para erradicar y luchar contra esta lacra que cada cierto tiempo afecta al mundo del fútbol. No es justo culpar a todo el que ama a este deporte ni generalizar pero todos los aficionados debemos ser consciente que la rivalidad entre equipos debe ser entendida como lo que es, un apoyo al equipo de cada uno pero respetando los sentimientos de las otras aficiones que acuden a un espectáculo, un partido de fútbol, con la misma finalidad que nosotros, disfrutar del mismo.

 

La grandeza de una afición se mide por su apoyo incondicional pero también por el respeto a la afición contrincante. Hasta que los equipos de fútbol no sean conscientes de esto y colaboren para erradicar la violencia del fútbol eliminando cualquier manifestación de la misma, nunca serán grandes ni considerados como tal puesto que lo que se gana en el terreno de juego no tiene ningún valor si se pierde la vida. Respeto a las instituciones que administran el fútbol, ¿se debe jugar un partido de fútbol cuando se ha perdido una vida de un aficionado? Es necesario pensar y reflexionar. Por mi parte, hoy no quiero saber nada de Fútbol. Prefiero no pensar en todo lo que mueve. Lamentable. Muy triste. Decepcionante. FÚTBOL SI, VIOLENCIA NO 

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