Con sólo 21 años, para muchos Varane es el central del futuro, un jugador llamado a liderar al Madrid y a Francia desde la defensa. Pero en esa condición de central del futuro radica el problema y el eje sobre el que gira este artículo: Raphäel ya no es un central de futuro, sino un central de presente. Un central fino, elegante, contundente, rápido y con calidad. Un central que sería titular en todos los equipos del mundo, menos en uno, en el que se encuentra en estos momentos.
 

 

¿Varane, central de futuro o de presente?
 
Y es que la competencia en la retaguardia del Real Madrid es feroz. Por un lado se encuentra Sergio Ramos. Un jugador indiscutible para el 99% de los aficionados, un jugador que más allá de su aportación en el campo es una institución y debe jugar por lo que representa. Fichado con 18 años, el de Camas siempre se ha partido la cara por el club, más allá de ciertas salidas de tono y actitudes poco justificables en el campo. El equipo de Ancelotti gira más de lo que parece sobre su juego. Ramos es el primer constructor y el jugador que da un paso adelante en ataque para ejercer casi de pivote y permitir a Kroos avanzar esos metros que marcan la diferencia en los ataques del equipo con respecto a la temporada anterior.
Por otro lado, tenemos al portugués Pepe. Indiscutible para todos los entrenadores desde su fichaje por el Madrid y ojito derecho de la directiva, que nunca dudó de él y le premió con un gran contrato hace dos veranos. Pero sí ha sido cuestionado por la afición, por esos años en los que se le cruzaban los cables durante los partidos. Esos fueron sus momentos más duros con la camiseta blanca, al igual que los últimos meses con Mourinho, cuando perdió la titularidad a raíz de unas declaraciones posicionándose a favor de Casillas. Más allá de todo esto, Pepe es un central segurísimo, muy rápido y muy fuerte. Para un servidor, es el mejor central del mundo fuera de posición. Acostumbrados a los defensores que se pierden cuando se alejan del área, Pepe incluso aumenta sus prestaciones cuando sale a banda o cuando tiene que presionar en mediocampo. Es un coloso, y vive en un constante tope físico, sin bajones.
 
¿La pareja Ramos-Pepe es indicutible para Ancelotti, como lo fue para sus antecesores en el cargo?
 
Ramos-Pepe, Pepe-Ramos. Una pareja de muchos quilates, casi inigualable. Pero entonces, ¿qué hacemos con Varane?
El ascenso del central francés es imparable. Ya es capitán de su selección, con sólo 21 años.  Cada vez que juega, da una exhibición. Correcto desde el punto de vista táctico, es prácticamente insuperable en el uno contra uno debido a su larga zancada y a su buen uso del cuerpo. Además, es un jugador muy inteligente, que se anticipa al regate de los atacantes,cortando los balones con una elegancia que enamora al Bernabéu. De hecho, Varane es un central que siempre ha destacado por no hacer faltas.  Para muestra, un botón: sólo ha recibido 1 tarjeta amarilla en los 44 partidos de Liga disputados hasta el momento con el conjunto blanco. A todo esto, hay que sumarle el añadido que Raphäel aporta en ataque, tanto en forma de juego, ya que tiene una calidad exquisita para sacar el balón jugado y un más que decente juego en largo como en los goles que consigue anotar, gracias a su altura y poderío en el juego aéreo.
 
Para muchos es incomprensible que el de Lille siga sin ser titular. Para la mayoría de esos muchos, es aún más difícil pensar en qué central debería ir al banquillo, si Pepe o si Ramos. Tras calmarse las aguas en torno a la figura de Casillas y con la definitiva inclusión de Isco en el once titular, basada tanto en su mejora como jugador como en las lesiones (de Bale primero y Modric, después), Varane parece ser el único “problema” que queda por resolverle a Ancelotti.