Nuno Espirito Santo llegó al VCF entre la desconfianza y la incredulidad, entre la crítica y el desconocimiento. La desconfianza de unos jugadores que veían en él una imposición respecto al técnico anterior. La incredulidad de una afición que no lo conocía y de la noche a la mañana se desayunó con la noticia de su nombramiento. La crítica más feroz de la mayoria de un gremio periodístico que desconocía su trabajo y lo utilizó como ariete contra la directiva. Y por último, el desconocimiento de casi todos respecto a su trayectoria profesional y su ética y metodología de trabajo.

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Bastaron una buena pretemporada, ver su forma de trabajar y escuchar a los profesionales para que todo ese clima tempestuoso se tornara en sol y luz de verano. Vestuario y afición pronto se pusieron de su lado, mientras los periodistas guardaban su mordacidad para tiempos peores.

En su gestión de recursos humanos cabe resaltar su sinceridad y su determinación. Siempre fue de frente a sus jugadores y claro en sus razonamientos futbolísticos. Se explicaba con meridiana claridad tanto dentro como fuera del vestuario y sus conceptos pronto se plasmaron en el verde tapete.
Faltaba ver su capacidad para tener contentos a 20 jóvenes ególatras con ansia de protagonismo. Los primeros partidos los tuvo de cara. Con Negredo lesionado y de Paul sancionado, las matemáticas cuadraban con mayor facilidad. Los buenos resultados permitían cambios tempranos para contentar a suplentes y repartir protagonismos. Nuno era centro de todos los parabienes y de todas las alabanzas. La afición le idolatraba y sus ruedas de prensa eran aplaudidas por su claridad y su pedagogía. Todo era de color de rosa. Los resultados, como siempre en el fútbol, cambiaban la perspectiva de todo.

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Pero pronto se empezaron a oír voces discordantes, pocas pero existentes. Jugadores como Zucculini, De Paul, o Feghouli reclamaban más protagonismo desde su entorno. Canteranos como Carles Gil o Robert Ibáñez se comían la hierba intentando convencer al entrenador que no eran meras comparsas en la confección de una plantilla joven y ambiciosa. Joao Pereira se convirtió en un jugador fantasma y con el argentino del City, Zucculini ocurría algo parecido. Rodrigo de Paul era el eterno esperado tras su ilusiónante pretemporada. Cancelo era un fijo en el banquillo, junto con Orban y aún faltaba por ver a Tiburón Negredo. El once titular se podía recitar de memoria y había pocos cambios. Ante la incredulidad general, las quejas brillaban por su ausencia y el grupo se mantenía sin fisuras. Pronto llegará la copa y Nuno ya ha anunciado minutos para los menos habituales. Los quiere a todos enchufados y listos para participar en cualquier momento. Hasta ahora, ninguno de los que han participado en sustitución de un compañero le ha fallado a su entrenador pero han sido pocos y en pocas ocasiones. La plantilla no es muy larga pero el entrenador la ha acortado todavía más con la poca aportación de algunos jugadores.

En la portería, el único cambio vino obligado por una indisposición transitoria de Diego Alves en la Coruña y el resultado no fue muy satisfactorio para los intereses valencianistas. Yoel se mostró nervioso e inseguro y algunos de los goles encajados se pueden poner en su debe.

La lesión de los dos mediocentros ofensivos del Valencia obligó a Nuno a buscar diferentes soluciones tácticas a un sistema que hasta ese momento funcionaba a la perfección. Frente al Depor optó por un cambio nominal pero no táctico, entrando Filipe Augusto por André Gomes y manteniendo el 1-4-3-3 sin buen resultado. La derrota le hizo reflexionar y cuando el lesionado fue Dani Parejo, el míster optó por un cambio táctico y pasó a emplear un 1-4-4-2. El esfuerzo defensivo a que se veía obligado a André Gomes acompañando a Javi Fuego, mermó en exceso el juego de ataque valencianista pese a obtener buenos resultados. La conclusión es que la plantilla no cuenta con un recambio efectivo para estos jugadores y si lo tiene, no es de la confianza de Nuno. 

En ataque, la dupla Alcácer y Rodrigo comenzó a un nivel excelso la temporada pero el canterano ha ido perdiendo eficacia con la falta de los pasadores que tenía por detrás y Rodrigo ha ido perdiendo chispa hasta ver como se cuestiona su presencia en el once inicial del Valencia. La recuperación de Negredo no ha hecho sino agrandar su sombra sobre estos dos y con la lesión del de Torrent, su camino hacia la titularidad está mucho más libre de obstáculos.

Escrito por @vicentsarrion