La
Liga española ha sido sin duda una de las mejores competiciones
futbolísticas del mundo. El gran nivel ofrecido por los clubes españoles
ha provocado que estos busquen superarse año a año con la confección de
sus plantillas, y ahí es donde entran los fichajes. Desde tiempo inmemoriales los equipos
recorren el mercado en busca de nuevos jugadores que hagan dar a su
plantilla el salto de calidad que necesitan para lograr sus objetivos.
Estos evidentemente pueden salir bien o mal, y esto último es lo que le
ha sucedido este año al Atlético de Madrid con Alessio Cerci.
El italiano había deslumbrado al mundo con una brillante temporada en
el Torino y mucha gente se preguntaba si algún grande iría a por él.
Para sorpresa
el equipo que dio ese paso fue el Atlético, un equipo en el que se
prima mas el trabajo y el esfuerzo que la calidad, justo lo contrario de
lo que es Cerci. El resultado: Apenas tres meses después de su llegada, el italiano se marchó cedido al Milan en un trueque por Fernando Torres. Puede que Cerci acabe teniendo una segunda oportunidad en el Atlético y acabe triunfando en el equipo colchonero, pero sinceramente, parece que el caso de Alessio es uno de mas de jugadores que triunfan en Italia, pero fracasan en España.
Hasta la llegada de la famosa Ley Bossman
que cambió por completo el fútbol, los jugadores italianos no se hacían
ver por España. Era lógico, apenas se podían fichar extranjeros y la
fama del fútbol italiano nunca ha sido especialmente buena en el
aficionado de a pie que lo suele considerar defensivo y feo. Solo unos pocos jugadores italianos habían venido a jugar a la Liga española antes de la llegada de un tal Amedeo Carboni al Valencia, equipo en donde coincidiría con otro italiano, el entrenador Claudio Ranieri. Carboni
fue un jugador que llegó al Valencia bajó una nube de escepticismo.
Tenía 31 años y apenas fama internacional, por lo que la gente preveía
que iba a ser un fracaso. Como todos sabemos eso no sucedió y Carboni
se acabó convirtiendo en una leyenda del equipo valenciano. Por otro
lado el resto de italianos que cruzaron el Mediterráneo para jugar en
Valencia (el Valencia es el club español en donde han jugado mas
futbolistas italianos), sufrieron una suerte totalmente contraria. El primero fue Cristiano Lucarrelli (cuya preciosa historia de amor al equipo de su ciudad comentaremos otro día). Procedente del Atalanta y con 22 años, Lucarrelli
prometía ser un delantero de muchos años en el Valencia, pero este
apenas jugó dos partidos como titular con la camiseta valencianista. En
su vuelta a Italia, Lucarrelli lograría entre otras cosas ser máximo goleador de la Serie A.

