El más cercano al espíritu escéptico y tecnócrata dirá que cada acción viene consecuente con una intención y/o impulso, y que aun habiendo toques de sorpresa o descontextualización dentro de la relación acción-intención esta siempre provendrá de un designio y motivo. Esta pretensión nunca –dentro de este rango de pensamiento- hablará de la intención con tonos míticos y relacionados con el destino, cosa que parece aceptable desde todos los puntos entendibles, mas siempre han existido –y probablemente existirán- casos donde ni el mayor escéptico puede explicar o buscar dicha explicación sin dudar sobre su forma de razonamiento así sea por una fracción de segundo.
 
Inclusive contando con la existencia de casos contra todo pronóstico como la final de UEFA Champions League en Múnichen el fútbol suelen existir matices impulsores a todo tipo de consecuencia. Nada se regala. No existe la aparición espontánea, todo solicita un esfuerzo previo.Sin embargo, aún sabiendo eso, existen dudas. Preguntas que previenen de diferentes índoles siempre nos rondan. En la actualidad existen muchos tópicos pero –en especial cuando se habla de fútbol inglés- hay uno que durante varios años ha sido calificado con un claro tono dudoso: Mario Balotelli, ¿causalidad o casualidad?
 
Dos veces en Premier League, una en FA Cup y una en UEFA Europa League: el número de veces que Balotelli ha anotado esta temporada. Todo en un total de 22 participaciones. Bastante deja que desear el delantero italiano teniendo en cuenta el potencial que lo caracteriza y, en especial, el vacío que se generó con la partida de Suárez hacia Barcelona. El uruguayo produjo hasta 31 gritos de gol en los aficionados reds sólo en Premier League. Casualidad no fue la participación del Liverpool en la máxima competición inglesa, casualidad no fue que Suárez terminara recalando en Catalunya, sin embargo, de tanto nivel y poderío todo derivó en confianza hacia un poco confiado,se fichó a Balotelli; se ficharon a las preguntas.
 
Fuente: dailymail.co.uk
 
Cierto es que Mario ha jugado bajo la tutela de técnicos de corte similar en algunos aspectos, por ende cierto también es que Rodgers podía –y puede- ser una opción diferente para el italiano, el último recurso. Lo que no es justificable es que Mario sea portador de tantas dudas y que -aún sabiendo lo anterior- éste no haya podido afirmarse ante tantas oportunidades. Dicen que la vida sólo da dos oportunidades, algunos afirman que sólo hay una, pues Balotelli ha tenido múltiples, ha tenido el beneficio –y también el problema- de ser lo suficientemente talentoso como para permitir a sus jefes soñar sobre su proyección, idealización que lo ha mantenido encendido hasta hoy. No por suerte en el fútbol se ha presentado, pero tal vez, sólo tal vez, la suerte es la razón por la cual todavía no se ha apagado.
 
Suerte de que Mourinho creyera, suerte de que Mancini y Allegri intentasen basarse en esa creencia, y suerte de que hoy Brendan Rodgers intente demostrar credibilidad dentro del concepto futbolístico de Balo. Suerte no porque no lo merezca, no porque no ha brillado de alguna manera; no se desmerita lo que hizo, sin embargo no se compara con lo que podía haber hecho. Su talento en bruto claramente impulsó, pero llega a parecer que demasiado, más de la cuenta.
 
Está ese extraño impulso de querer arreglar, ese extraño tono bondadoso con el que se busca intentar cuajar a un ser que parece nacido en la discordia; si se logra la satisfacción suele ser alta, capaz ese sea el fin que justifique de alguna manera las acciones tan particulares de los técnicos anteriores que creyeron en él aun cuando nadie –y con razones- lo hacía. Sin embargo, con todo y todo, el ariete de raíces africanas nunca ha logrado llegar a estos extremos, no ha probado su valía a nivel de clubes.
 
Fuente: independent.co.uk
 
El cuerpo técnico del Liverpool se la jugó con fines de contrastar a Balo hasta esos extremos. Con un brillante pero frágil Daniel Sturridge y con un muy veterano Rickie Lambert, la responsabilidad de respuesta ante circunstancias importantes caía en Mario, se le metió en verdadera presión. Y tal cual como pintaron las características, tanto Lambert como Sturridge atribuyeron problemas a la delantera del Liverpool, situaciones en las que, como apostaba la mayoría, Mario no influyó altamente en solventar.
 
Sterling como punta fue la solución, la estrella italiana iría al banquillo, en ocasiones estuvo fuera de la convocatoria, el mensaje de Rodgers era claro: no se vivirá a tu ritmo Mario, o te acoplas o perderás una de tus últimas oportunidades en el fútbol de élite. Balotelli se puso en adversidad, se provocó, desde donde parece trabajar mejor; y desde ahí se hizo fuerte, a su manera, pero se hizo. Se le ha notado con un mayor interés, que aunque no sea el suficiente, igualmente cuenta. Los cuatro goles que ha anotado, los anotó en minutos finales, casualidad no es, causalidad sí. Los impulsos de esas acciones son difíciles de denotar y clasificar, mas sí se ve quiere ser determinante aun cuando su ritmo no es el mejor.
 
Casualidad no es la valoración que se le da en relación a su potencial. Inclusive si él logra explotar,muchos lo calificaran de oportuno, quizá los desmeriten, pero eso poco importa porque Rodgers parece saber manejar los tiempos con el exótico italiano. Parece que, inclusive de manera tardía, llegará el momento en donde el delantero azzurro no será una casualidad, sino una completa causalidad, una que seguro desencadenará a un jugador para la historia.