La vida evoluciona
a velocidad de vértigo, y en dicho proceso el fútbol no ha quedado exento. La
tecnología ha entrado de pleno en el mundo haciendo también su aparición el
fútbol, concretamente en los campos. Cuando un niño empieza a jugar en el
equipo de su barrio se encuentra con un césped artificial de último modelo,
alejado de los campos de tierra de antaño.
Los campos de
tierra no tenían la comodidad que puede tener
un campo de césped artificial, pero tenían su esencia que hacían del
fútbol algo especial. En aquellos campos de barrio se empezaba a dar patadas a
un balón, se llegaba a casa con toda la ropa llena de arena y también con
alguna rodilla pelada. Eran otros tiempos, pero era donde se empezaba a tener
pasión para este deporte y donde niños y no tan niños se podían pasar horas y
horas dando patadas a un balón.
Cuando ahora
alguien relativamente joven –entre 20 y 30 años- le explica a un niño de cinco años que
empieza a jugar que él cuando tenía su edad se pasaba horas y horas en un campo
de tierra y llegaba a casa todo sucio el niño mira con cara de extraño Los
niños de ahora están acostumbrados a las comodidades del césped y también de
las consolas, que des del sofá de casa les permite imitar a sus ídolos a través
de los controles del mando de la Play .
Yo también juego a
la consola y por un momento me creo Messi con el mando en la mano, pero
de pequeño domingo tras domingo pisaba el campo de tierra del lado de mi casa,
siendo la lluvia lo único que lo podía impedir. No era el mejor campo del
barrio, pero ahí dando patadas a un balón juntándonos media clase me aficioné
al deporte en general y al fútbol en particular.
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