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Ángel Correa, presentado como jugador del Atlético (Foto: clubatleticodemadrid.com) |
En el
mundo del fútbol de hoy, tan mercantilizado y convertido en negocio y en el que
apenas 5 o 6 equipos en toda Europa pueden fichar ‘a su antojo’ resulta clave
tener una buena red de scouting, ojeadores que te permitan captar jóvenes
promesas antes de que su precio de mercado haga inviable su fichaje. Cierto es
que fichar jugadores todavía no completamente formados, ni futbolística ni
personalmente, es un riesgo, pero no hay más alternativas si se quiere competir
e, incluso, sobrevivir.
Modelos
como los del Udinese, gestionado por la familia Pozzo junto con Watford y
Granada, el Sevilla, con Monchi a la cabeza, o el Villareal son conocidos desde
hace varios años en Europa. Y tal
vez animado por esos modelos y sus excelentes resultados, pareciera que en el
Atlético de Madrid hubiese decidido implantar uno similar; algo que resulta muy
sorprendente (para bien) habida cuenta de la errática política de fichajes del
club madrileño desde que la familia Gil se hiciese con su control.
El dúo
formado por José Luis Pérez Caminero y el italiano Andrea Berta (más el segundo
que el primero, sospecho) son las cabezas visibles de una organización que está
empezando a traer al Atlético una serie jugadores, principalmente del mercado
sudamericano, que a pesar de su juventud, están revelándose como muy a tener en
cuenta.
En el
verano de 2014, el Atlético incorporó a Ángel Correa aunque, debido a sus
problemas de corazón, no ha podido debutar hasta este año con el primer equipo.
Pero, en estos primeros compases de la temporada, ya está demostrando de lo que
es capaz: calidad, descaro, clase… y gol.
Aquel
mismo verano de 2014, el Atlético estuvo a punto de firmar a Luciano Vietto
pero el Villareal, otro gran conocedor del mercado sudamericano ‘le ganó por la
mano’. El precio de haberse quedado atrás en la carrera por el jugador, unos 12
millones de €: de los 8 que pagó el Villareal en 2014 a los 20 que desembolsó
el Atlético este pasado verano.
Y,
aunque Vietto todavía no se ha adaptado al Atlético y todavía no está dando lo
que se espera de él, todo debe llegar: en Villareal ya dio el pasado año buenas
muestras de la calidad que atesora. Y el Atlético, por cierto, fue una de sus
numerosas ‘víctimas’.
Y este
verano de 2015, el Atlético se ha hecho con otras dos jóvenes promesas
sudamericanas, aunque todavía no se han incorporado de forma oficial a la
disciplina atlética: el atacante colombiano Santos Borré y el mediocentro
argentino Matías Kranevitter.
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Kranevitter, que se incorporará al Atlético el próximo mes de Enero (Foto: espnfc.com) |
De
Santos Borré, que permanecerá cedido un año en su club de origen, el Deportivo
Calí, hablan maravillas quien le han visto jugar. Kranevitter, por su parte,
necesita mucha menos presentación: dueño indiscutible del ‘5’ de River, su club
exigió, como condición sin equa non
para su traspaso que permaneciese en Argentina hasta el próximo mes de
Diciembre a fin de que disputase con los millonarios
el Mundial de Clubes. De gran sentido táctico y visión de juego, puede llegar a
ser ese jugador que echa de menos Simeone cuando dice que “no hay dinero para pagar
dos Tiagos”.
La
parte fea de toda esta historia es
que estos jugadores, si finalmente cuajan en Europa, serán en pocos años
objetos de deseo de esos 5 o 6 clubes omnipotentes de que hablábamos al
principio. Y que la mayoría de ellos, en tres o cuatro años buscará nuevos
lares. Quedará el consuelo de que se habrá disfrutado de ellos varios años y
que se obtendrá una buena cantidad de dinero por su traspaso.
Y el
ciclo habrá de volver a empezar buscando nuevo talentos…
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