Rafa Benítez es el único entrenador capaz de que todo el
orden que proyecta en el campo su equipo sea desorden fuera de él. Un
meticuloso Rafa llegó al Real Madrid con el objetivo de imponer su filosofía cuya
premisa es el orden táctico.

En base a este orden táctico ha conseguido no sólo que el
Real Madrid sea el equipo menos goleado, sino también el más goleador. En
propias palabras de Rafa Benítez “hacemos goles sin encajarlos”. El engranaje
casi perfecto en la teoría: Un equipo defensivo y goleador a partes iguales. Con
rodaje y si no se erosiona es el inicio
de un prometedor año.
Dentro del campo impera la armonía táctica y vemos cosas
realmente prometedoras: un equipo solidario, con rotaciones y –si no fuera por
las lesiones- muchas posibilidades. Sin embargo no todo va tan bien fuera del
verde.
El Real Madrid con Rafa Benítez va líder en la
clasificación sin embargo los debates parecen que estamos como mínimo –y con permiso
del Granada- colistas en la clasificación. El orden que vemos en el campo no es
tal fuera de él. Las declaraciones cruzadas de los dos líderes del madridismo –
Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo- y del entrenador no son propias de una buena
relación entre plantilla y cuerpo técnico, ni tampoco lo son de tan solo cuatro
meses de trabajo juntos. Estas situaciones suelen ser más propias de un desgate
temporal, algo que llama la atención a la vez que preocupa.
Nos encontramos frente a una dualidad en la situación.
Por un aspecto la confianza debe de estar presente. El equipo funciona y da
muestras de equipo fuerte e irrompible. Nos da esperanza y la continuidad
necesaria. Sin embargo, por otro lado hay una fisura en las relaciones que nos genera
dudas y que nos llevan a preguntarnos si se puede reconducir una situación que
se está enquistando en el mundo del fútbol o si realmente en el Real Madrid
pueden coexistir los egos con un entrenador que no los alimenta.