El fin de semana pasado volvimos a ver (aunque esta será la última en mucho tiempo) que las competiciones ligueras mas importantes desaparecían para dejar hueco a las selecciones nacionales, que salvo en las grandes competiciones, no logran llenar el hueco que nos dejan los clubes. Sin embargo, esta semana tuvimos un poco mas de entretenimiento debido a las repescas de clasificación a la Eurocopa. Con la nueva organización del torneo (24 participantes nada mas y nada menos) no hace falta decir que a esta última criba no llegó precisamente la créme de la créme del fútbol europeo, pero una eliminatoria de estas características siempre es bonita de ver por lo que representan para los jugadores y aficionados de estas selecciones. Sin ningún lugar a dudas, la eliminatoria que mas destacaba era Suecia-Dinamarca. Sin ser potencias, ambos países han logrado cierto respeto de los rivales a nivel de selecciones, por lo que un enfrentamiento entre estos prometía ser divertido. Además, el partido tenía un extra añadido, que era la presencia de Zlatan Ibrahimovic en el conjunto sueco. Dejando su calidad aparte, es incuestionable que Ibrahimovic es uno de los jugadores mas carismáticos del mundo con la capacidad suficiente de hacer que aficionados a los que no le interese la selección sueca conecten el partido solo para verle. Si la figura de Zlatan ya puede resultar de por sí a algunos, esta eliminatoria tenía el aliciente de ver si Ibra se clasificaba a su último gran torneo internacional. El sueco tiene ya 34 años y tendría 36 para el Mundial de Rusia en donde Suecia tiene a priori pocas opciones de entrar. De esta forma, la Eurocopa de Francia podría ser con casi toda seguridad la última oportunidad de este de hacer historia con su país. Todas las cámaras se enfocaron en él y no decepcionó. A pesar de hacer unos flojos 180 minutos, dos zarpazos suyos en Dinamarca (uno en un córner y otro con un gran disparo de falta) sentenciaron la eliminatoria e hizo estéril el intento de remontada danés. Con un resultado global de 4-3 Suecia ponía rumbo a Francia con su estrella como gran héroe. Pero poco se ha hablado de que si el árbitro de la ida (Nicola Rizzoli) hubiera hecho bien su trabajo, Ibrahimovic no habría jugado la vuelta, y tal vez el destino de estos países hubiera cambiado.

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