Este aspecto es de gran importancia ya que según como distribuyamos la comida, podemos rendir al 100% en nuestra práctica deportiva o por el contrario bajar nuestro rendimiento.
No solo es importante llegar preparado a la prueba mediante nuestro trabajo diario sino que las horas previas pueden marcar la diferencia.
Como vimos en la anterior entrada, nuestro esfuerzo físico
viene realizado gracias a nuestro glucógeno, por ello debemos mantener nuestros
depósitos lo más llenos posibles. Esto se consigue mediante los hidratos de
carbono. A su vez, cuando agotemos nuestras reservas, el cuerpo utilizará
nuestras grasas como energía.
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Musculatura humana (Imagen de cualquierapuedehacerlo.com) |
Para saber cuál sería el tiempo ideal sin que nos siente mal durante la prueba, recomiendo probar los días previos a ingerir esas cantidades previo al entrenamiento. De esta manera veremos si 3h son suficientes para no repetir la comida o si por el contrario nos encontramos mejor ingiriéndola con 4h de antelación.
Hay varios alimentos óptimos para ello: pasta, arroz,
patata, pan, cereales… pero recomiendo la pasta ya que su asimilación es más
progresiva y esto hará que la energía sea aplicada progresivamente y no de
golpe. Además no hay que olvidar la grasa así que un chorrito de aceite de
oliva sobre ésta será aún mejor.
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Plato de pasta (Imagen de blogdenutricion.com) |
A parte de esto manteneros hidratados durante el día. Siempre recomiendo beber antes de tener sensación de tener sed.