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Oblak durante un partido con el Atlético. (FOTO: www.marca.com) |
Dicen que lo bonito del fútbol
son los goles. Dicen que un (0-0) es el resultado de un partido aburrido. Dicen
que si no hay goles, no hay espectáculo. Por decir, dicen tantas cosas del
deporte rey que no se sabe quién tiene razón y quién no. Lo que es cierto, es
que para ganar partidos es tan importante marcar goles como no recibirlos. Y la
prueba de ello está en el Atlético de Madrid de esta presente temporada.
El equipo de
Simeone acumula 35 goles a favor en lo que va de liga, siendo esta cifra la
mitad de los goles que lleva el Real Madrid y ocupando el cuarto puesto en
cuanto a goles a favor se refiere en el campeonato, eso sí, igualado con
Athletic y Celta, que ocupan la séptima y octava posición en la clasificación
liguera, respectivamente. Parecen números discretos pero el conjunto rojiblanco
se encuentra, en estos momentos, en la segunda posición del torneo de la
regularidad, acechando al Barcelona –líder de la liga- y aventajando en un
punto al máximo rival en la capital, el Real Madrid. Sí, el mismo que
multiplica por 2 la cifra goleadora de los de Simeone. Pues esto se debe al
escaso número de goles encajados por el equipo de la ribera del Manzanares.
El Atleti
lleva tras la finalización de la jornada 24 en Primera División, 11 goles en
contra –solo superado en las grandes ligas europeas por el Bayern Munich, que
lleva 10 en la Bundesliga. Eso sí, con 3 partidos menos que los rojiblancos-. Solo
han encajado dos goles en un mismo partido en esta liga, ante el Barcelona. Ningún
otro equipo ha logrado batir más de una vez en un mismo partido la portería de
Oblak.
Por ahí el
secreto de que el Atlético de Madrid esté en la segunda posición no se debe a
su facilidad goleadora sino, más bien, a que en defensa están haciendo las
cosas muy bien. La punta de está pirámide es Jan Oblak. El esloveno se ha
convertido en un seguro de vida, en un portero en el que confiar en el Vicente
Calderón, que ya no sufre cuando un balón ronda el área rojiblanca y que va
camino de ser el mejor Zamora de la historia. Pero, esta eficacia defensiva no
solo se apoya en el portero. La defensa es un muro difícil de atravesar. Los
Godín, Juanfran, Giménez, Filipe y compañía apenas conceden ocasiones claras
partido tras partido, lo que hace que marcar un gol al equipo colchonero sea
misión casi imposible. Aunque, si bien es cierto, que en este equipo defiende
hasta el delantero centro.
Por ello, cierro
estos párrafos con una reflexión que cada partido que veo del Atleti esta
temporada más me convence. No solo hay que fijarse en quien marca los goles,
sino también en quien los evita porque el muro de Simeone también merece ser
considerado en este mundo del fútbol, un espectáculo.