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Saúl celebra un gol con el Atlético. (FOTO: vozpopuli.com) |
¡Vaya susto nos llevamos cuando
este fin de semana saltaba la noticia de que Saúl Ñíguez podría sufrir una
lesión importante en su tobillo! Digo esto porque somos muchos los que desde
hace muchos partidos vemos al canterano como el jugador más en forma del
plantel de Diego Pablo Simeone y la baja del mediocentro rojiblanco, sobre todo en
el encuentro ante el Barcelona correspondiente a la ida de los cuartos de final
de la Champions League, sería darle un poquito más de ventaja a los de Luis
Enrique de cara a esa eliminatoria tan decisiva.
El ilicitano
ha sorprendido a propios y extraños en esta segunda fase de la temporada.
Cierto era que ya se conocían las grandes facetas que el joven rojiblanco demostró
con creces en su anterior etapa en el Atlético de Madrid, y aún más en el Rayo
Vallecano, donde disputó en calidad de cedido la temporada 2013/14 y consiguió
2 goles. Aunque la facilidad para adaptarse a cualquier posición a las órdenes
de Paco Jémez –llegó a jugar desde central hasta mediapunta- hizo que el club
colchonero le recuperará para hacer que triunfase en el seno rojiblanco.
Su explosión futbolística, sin embargo, se ha
dado esta presente temporada, y me atrevo a decir que a partir de la
desgraciada lesión de Tiago. Mucho se especuló tras esa lesión del portugués
con quién sería el sustituto, pero Simeone lo tuvo claro, Saúl. Al siguiente
partido ya le otorgó los galones para acompañar a Koke y Gabi en el medio del
equipo y no defraudó. Se ha consolidado como uno de los fijos y nadie se quiere
imaginar una eliminatoria de Champions sin la solidez en el círculo central del joven, sin la llegada desde segunda línea, sin la imponente presencia en
las jugadas a balón parado –tanto en ataque como en defensa- y, sobre todo, sin
su portentoso estado de forma que le permite presionar cualquier balón ya sea
el minuto 1 de partido o el 120 como vimos en el agónico y emocionante partido
de vuelta de los octavos de final de Champions ante el PSV, algo que enorgullece a los aficionados.
Afortunadamente,
el esguince de tobillo que se produjo con la selección sub21 ha sido leve y
estará listo para defender las rayas rojiblancas en los importantes compromisos
que se avecinan a orillas del Manzanares. Y es que con Saúl en el césped, el
Calderón disfruta con uno de los suyos por carácter, por entrega y por corazón.
Corazón que esperemos que siga latiendo de rojiblanco por mucho tiempo.