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Lucas Hernández. (FOTO: clubatleticodemadrid.com) |
Dicen que todo lo que toca Simeone lo convierte en oro. No
se si será cierto o no, pero lo que ha hecho con los centrales de su plantilla
esta temporada tiene mucho mérito. Otro mérito más que añadir al currículum del
argentino desde que llegó al Atlético de Madrid hace cuatro años y medio. Parecía
que tras la marcha de Miranda el pasado verano, al equipo le iba a costar
encontrar esa pareja ideal para el jefe de la zaga, Godín. Cierto es, que
Giménez ya apuntaba maneras para suplir al brasileño pero la duda existía en el
seno rojiblanco. Ha cumplido. Aún así, se fichó al montenegrino Savic, procedente de la Florentina, y otro
que no ha defraudado. Pero el caso, más sorprendente ha sido el del canterano
francés, Lucas Hernández –hijo de un ex central rojiblanco, Jean François
Hernández-.
Vamos por partes. El primero y jefe de todos es el uruguayo
Diego Godín. El central de Rosario (Uruguay) ya es uno de los iconos de la ´era
Simeone` y todo gracias la trabajo y compromiso. No se le conoce ni una metedura
de pata, e incluso, es parte de la historia reciente rojiblanca con ese gol en
el Camp Nou que dio la liga del ´partido a partido` al Atlético. ¡Qué pena que también
marcara en Lisboa, pero no valiera para levantar la orejona! Su compromiso con
el club es indudable. Por ejemplo, en esta temporada, que se ha lesionado
varias veces, se le ha visto trabajar como el que más para acortar los plazos.
Y una vez más, se le espera para un final de temporada que se
presume más emocionante que nunca en la ribera del Manzanares.
Si en el párrafo anterior hablaba de un uruguayo, vamos con
otro. José María Giménez, el alumno aventajado, internacional con tan solo 21
años y con un futuro muy prometedor. La rumorología futbolística habla de que ya es pretendido por varios grandes equipos europeos, sin embargo, el que le
disfruta es el Atleti. ¡Y vaya que lo disfruta! Se ha convertido en el
complemento perfecto de su compatriota Godín, y a pesar de que se lesionó, ha
vuelto con ganas de seguir siendo ese central tan seguro, fuerte y contundente
que le ha llevado a ser querido y coreado por los aficionados rojiblancos.
Futuro y presente.
El tercero en cuestión es el montenegrino Stefan Savic. El ex de la
Fiore llegó sin hacer mucho ruido este verano, sabiendo que su papel pasaba
por ser paciente y trabajador. Mejor no lo ha podido hacer. No recuerdo ni un
solo fallo del central balcánico y además ha sido el recambio perfecto cuando
los centrales habituales han faltado. Ya no se sabe si es suplente o titular,
gracias a su trabajo y su paciencia a las órdenes de un Simeone que ha confiado
en él y no ha defraudado. Un Savic querrían todos los equipos.
Y el último, el canterano de origen francés que nadie conocía,
Lucas Hernández. Jugador que entrenaba duro durante la semana para labrarse la
confianza en un futuro, que a sus 20 años lo que buscaría esta temporada es
aprender y mejorar de sus compañeros. Y que fruto del destino se encontró
cubriendo a la ´MSN` en unos cuartos de final de la Champions League. ¡Y cómo lo hizo!
Se encumbró ante Europa por su descaro, su seguridad, su temple y su carácter.
Nadie sabía de él, pero Simeone sí y por eso confió en él. Lucas no defraudó y
ya es uno más en el eje de la zaga rojiblanca. Aún así, este pasito es el
principio de un larguísimo camino en la trayectoria del francés.
Me dejo sin analizar a Monsalve, que cumplió con nota cuando
tuvo también su oportunidad. Por lo tanto, no hay que dudar que el centro de la
defensa del Atlético esté más que cubierto para lo que queda de esta y para las
próximas temporadas. Jóvenes, con experiencia, con talento y con ilusión y
confianza. Ilusión y confianza que llega desde el banquillo y con acento
argentino.