CESPED EUROPEO – Oro maldito
Una veta de oro con reservas de 10 millones de onzas tiene enfrentados a una multinacional canadiense, mineros ilegales de Buriticá (Antioquia) y al propio Gobierno colombiano. De esa zona, a dos horas de Medellín, desde 2006 hasta mediados de 2015 salieron más de 2,5 toneladas de oro que, como está registrado en las bases de datos de la Agencia Nacional de Minería (ANM), fue legalizado y exportado; pero en ese municipio solo existe un título legal, el de la multinacional Continental Gold, que abarca un área de 61.784 hectáreas.  El resto es explotación ilegal.
5 Copas del Mundo, 4 Copas Confederaciones, 8 Copas América, pero la selección con más metales en el torneo olímpico de futbol, dos de bronces (Atlanta 1996 y Pekín 2008) y tres de platas (Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y Londres 2012) nunca ha conseguido coronarse y el oro se ha vuelto maldito.  Esta vez, el campeonato se disputara en casa, Brasil tiene otra oportunidad de romper el hechizo para colgarse la medalla dorada y lograr llevar a sus vitrinas el único trofeo que se le ha escapado a la canarinha en su historia.  La hecatombe alemana del Mineirao y el enorme golpe recibido en Copa América, han concentrado todas la esperanzas en el grupo conformado por el desconocido Rogério Micale quien deberá enderezar el rumbo de una confederación que en los últimos años genera más titulares por su pobre futbol y escasos resultados que por recuperar los majestuosos archivos de aquel fútbol samba que nos enamoró a los románticos de antaño.
La terquedad de los dirigentes de la Confederación Brasileña de Futbol por la Scolarizacion aumentando la dosis con más de lo mismo y el pesimismo crónico por elegir el camino terco del futbol rocoso y aburrido, no ilusiona a nadie.  El Scratch tiene un grave problema estructural y la forma en que sus talentosos jugadores que deslumbran en el viejo continente, se vulgarizan en la selección distan mucho de los Zico, Cerezo, Junior, Falcao y Sócrates que también fueron eliminados en España 82 pero se fueron a casa con el amor de todos los aficionados del planeta.  La Verde amárela se empecina en caminar en dirección contraria a su historia, en mandar su pasado a la cesta de la basura, metiendo el talento en un cofre y obsesionándose con figuras geométricas que terminaron por convertir al Miguel Ángel en un picapiedra más del montón.
Este grupo de jugadores, que muy seguramente será la base para Rusia 2018, es hoy más que nunca favorito para ganar el oro olímpico.  Primero, porque alcanzar esa presea se ha convertido en un asunto de estado y en un termómetro que marcará la felicidad o la tristeza de un pueblo que no quería los Juegos en su casa pero, también, en un sentido estrictamente deportivo, porque no hay una selección con mejor equipo que los locales.  Ni Argentina, Alemania o Portugal llevan a sus mejores futbolistas menores de 23 años, ni los refuerzos mayores de 23 son los que todos hubiéramos pensado y México, tampoco tiene el nivel para refrendar aquel oro de Londres.

 

El imparable rumbo a la mediocridad trazado por los rectores del futbol brasileño puede terminar en tragedia en caso de no ganar el oro, volver a fallar en casa puede ser una catástrofe de proporciones épicas en un país 100% futbolero y que puede terminar por señalarlo como el eterno subcampeón olímpico. Han pasado cuatro años desde el cabezazo fallido de Oscar en Londres frente a México casi contra reloj y los lamentos por esa última frustración siguen rebotando contra el inmenso Pan de Azúcar.  ¿Podrá Neymar vestirse de Indiana Jones y quedarse con el oro?