CESPED EUROPEO – La Jerarquía
Cuando uno lee que el Sky, como equipo, no gano ninguna de las tres grandes este 2016 podría cuestionar un poco su desempeño.  Pero si usted como yo, vio las tres grandes y observo el desempeño del equipo inglés creo que nadie puede poner en tela de juicio la jerarquía de este conjunto.  Es evidente que tener a un Chris Froome en las filas es una garantía pero también lo es contar con excelentes gregarios.  Que hubiera sido de Nairo Quintana con un Sky respaldándolo.
Los ojos brillantes y llenos de lágrimas de los hinchas, la imagen de 11 gladiadores que a pesar de ser superiores en fútbol, no lo fueron en el marcador y quedaron obligados a tragarse ante el mundo su enorme vanidad.  Lo del Atlético Nacional no se puede enmascarar con palabras bonitas, fue un estruendoso fracaso y el campeón de la Copa Libertadores, siempre fiel a la final del Mundial de clubes, quedó apeado en semifinales ante el Kashima Antlers.  No estarán esta vez en el partido más importante las camisetas verdes, ni los fanáticos colombianos, al verdolaga le tocara disputar el tercer puesto frente al America mexicano y su deprimida hinchada delante del televisor a una hora no esperada.  El más ganador de Suramérica sale por la puerta de atrás.
Pero Nacional no es el único equipo de Suramérica que ha caído en el primer partido del certamen orbital; en trece versiones del Mundial de Clubes, incluido el de 2016, la Conmebol no ha llegado a tres finales: en el Mundial de 2010, el Mazembe, equipo africano de Congo, sorprendió al Internacional de Brasil y lo derrotó 2-0.  En la edición de 2013, el Mundial se jugó en Marruecos y el Raja Casablanca, que era local, eliminó al Atlético Mineiro, con Ronaldinho a bordo, ganándole 3-1. El verde será el tercer representante del continente en hacerlo y podría decirse que está prácticamente obligado a ganar, ya que los dos brasileños fueron terceros en esos años.
La superioridad europea es evidente, desde aquella lejana edición experimental del año 2000 en donde el Real Madrid quedo en cuarta posición, el representante de la UEFA nunca ha faltado a la final del torneo.  Es verdad que los equipos que se coronan en la Champions llegan completos a este torneo cuando tradicionalmente el campeón de la Libertadores es desvalijado apenas termina el certamen suramericano y sus mejores piezas cruzan el océano para unirse a clubes del viejo continente.  Aunque puede ser que el calendario de torneo nacional colombiano, que tuvo que enfrentar con juveniles y la Copa Sudamericana, a la que llego a la final pero no disputo, le hicieron perder ritmo tampoco se puede desconocer que el Real Madrid tiene un calendario tan o más complicado que los dirigidos por Reinaldo Rueda y están en la final.
Existen otras razones para argumentar en este sonoro fracaso, la falta de preparación del partido ante el conjunto japonés pensando más en la final ante el Real Madrid o el exceso de confianza en el que cayó el conjunto colombiano que se confió del buen rendimiento que habían tenido en los últimos años, menospreciando al rival previo, terminó pagándolo muy caro.  Pero por encima de todas estas razones, el principal argumento de porque la UEFA siempre está en la final y la Conmebol a ratos patina, se llama Jerarquía.  El campeón de la Champions enfrenta los partidos siempre con seriedad, sea de instancias finales en Europa o partidos trampa como estos ante adversarios sin cartel donde hay mucho que perder y no tanto que ganar.  Y ahora, cuando el pesimismo es crónico, los que en su día disfrutaron el éxito hoy deben gestionar el naufragio.