El
mejor queso del mundo es azul y se elabora en Noruega. Ktaftkar es su denominación y es un queso
elaborado con leche de cabra, "muy picante" y con una textura
"crujiente". El jurado del
International Cheese Festival ha designado esta variedad como la mejor del planeta,
por delante del Gruyère de Gorgonzola y de las 3.061 piezas que se habían
presentado al concurso. Gunnar Waagen, artífice de Kraftkar, consiguió colocar
a Noruega en el mapa quesero mundial.
Hace
unas semanas atrás, el Manchester City visito al Burnley, solo logro vencerlo
por 2-1 en un complicado partido para los de Pep Guardiola. Al final de ese encuentro, el técnico catalán
reconoció las virtudes de su rival, un equipo que no conoce el fútbol asociativo
sino todo lo contrario, fiel practicante del juego directo, del robo en las
segundas jugadas, los centros y el juego aéreo.
Esta semana el Barcelona jugo contra el Borussia Moenchengladbach en un
encuentro de trámite, el culé dio más de mil pases (1022) y completó 939 de
ellos. Un 92% de acierto en días
que se debate sobre la renuncia a aquel estilo ganador. La mesa está servida.
Estoy
completamente seguro que si en este momento le preguntaran a usted cuál es su
queso favorito, dudo mucho que su respuesta incluya un queso azul fabricado en
Noruega y tal vez tampoco sea el mismo queso que me gusta a mí. Pero si coincidir en gustos es complicado, imagínese
que puede pasar cuando se trata de elegir un estilo de juego. Cuando el mejor Barcelona de la historia se
posaba en el firmamento del fútbol mundial, vinieron las épocas de la
inquisición en donde el juego de toque, posesión y manejo a ras de piso eran la
palabra de Dios y se demonizaba el juego directo, el del estilo fuerte, el del
físico colectivo dedicado a correr.
A
muchos románticos nos encantaba el fútbol “bien jugado” y detestábamos que nos
parquearan el bus para salir a matarnos a la contra, que se dedicaran a coser a
patadas a los artistas o que abusaran de los balones colgados al área. Pero después del éxtasis, vienen las
reflexiones y los cuestionamientos, nos preguntamos si Benito Floro tenia razón
cuando manifestaba que “Al fútbol no se juega de una forma u otra, con un estilo
u otro, sino bien o mal” y entonces nos preguntamos, ¿Qué es jugar bien al
fútbol? Es convertirse en el Arsenal de
Wenger que encandila retinas pero al que se le escapan los trofeos o es
convertirse en el Chelsea de Roberto Di Matteo que levanto la Champions pero no
enamoro a nadie. Entonces, ¿Qué es jugar bien al fútbol?
Mi
respuesta es que las dos ideas son válidas, siempre y cuando el modelo elegido
se adapte a la categoría (¿Es lo mismo jugar en Primera que en Segunda?), a los
jugadores (¿Jugaría la plantilla del Cholo Simeone al Tiki Taka?), al club (¿Jugaría
el Barca alguna vez a la contra?) y al entorno (¿Se arriesgaría el West Brom de
Pulis al juego asociativo sabiendo que puede descender?); ni pongas a jugadores
poco dotados técnicamente a intentar sacar el balón jugado desde la defensa ni
a los talentosos a jugar al fútbol directo.
Zapatero a tus zapatos.
Así
como Cristiano Ronaldo ofrece un perfil diferente al de Messi, cada plantilla
debe adaptarse a lo que puede hacer mejor, que lo haga bien o no es otra cosa. Por
supuesto que nos gusta el fútbol de barrio: tocar, divertirse y ganar. Cuanto
más te diviertes, más competitivo eres y más haces disfrutar a la gente, pero
el entretenimiento no siempre es sinónimo de triunfo, en ocasiones un
entrenador debe recurrir al pragmatismo para sellar una victoria. Allí está la clave de todo esto.
Hay temor de perder puntos,los resultados, la exigencia de dirigentes y afición a veces llevan al entrenador a olvidar algún sistema que permita un buen juego, atractivo a la retina por algo directo sin mucho valor estético pero que deje puntos para alcanzar objetivos. En particular ese estilo de Tony Pulis....Dios!!!, ojala a veces tuviera la valentía de aplicar algo novedoso, de atreverse a jugar más ofensivo y sacar mejor provecho de su plantilla, ayudar un poco a mi compatriota José Salomón Rondón que tiene que matarse con los defensores el solo y puro balones largos que le dan para que resuelva solo, además el capricho con Saido Berahino lo tiene relegado al banco, en más lo envio en plena temporada a practicar en Francia!!!! solo él piensa asi....esta quemando un buen valor del equipo, un aplauso a los técnicos que proponen!!.
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