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Gamiero, tras fallar el penalti ante el Barcelona. (FOTO: as.com). |
El Atlético de Madrid quedaba eliminado de la Copa del Rey
tras caer en la eliminatoria de semifinales ante el Barcelona. Y si bien, el
equipo rojiblanco fue superior en tres de las cuatro fases de la misma al
conjunto blaugrana, no fue suficiente para llegar a la final que,
presumiblemente, se jugará en el Vicente Calderón. Culpa de ello, tuvieron dos
factores que vienen siendo un mal endémico para los rojiblancos en las últimas
fechas: los penaltis fallados y la actuación arbitral.
El primero de ellos es el poco acierto a la hora de ejecutar
una pena máxima. Y es que un equipo que opta a todos los títulos antes de
comenzar cada temporada no puede ser el que más penaltis falla en la historia
de la liga y no se puede permitir el lujo de fallar dos penaltis en unas
semifinales de Champions ante el Bayern (Griezmann, en la ida y Torres, en la
vuelta) o de marrar otra pena máxima en la final de la máxima competición
europea (Griezmann) –sin contar el que falló Juanfran en la tanda de penaltis-.
Tampoco puede permitirse el lujo de errar dos más en un mismo partido
(Griezmann y Gabi, ante el Valencia) o sin ir más lejos, dos penaltis en menos
de tres días y uno de ellos en una semifinal de Copa ante el Barcelona.
Koke decía tras el partido en el Camp Nou que “al final
habrá que ensayar los penaltis en los entrenamientos”. Teoría que Simeone nunca
ha defendido porque la tensión y las circunstancias de un partido nada tienen
que ver con las de un entrenamiento. Sin embargo, tampoco tiene nada que ver
esa tensión y circunstancias cuando se ensaya el lanzamiento de una falta o un
saque de esquina, y esto último sí se prepara.
Otro de los factores determinantes es el arbitraje. Y es que
si a la mala puntería en los penaltis se le une los desaciertos arbitrales, se
antoja difícil conseguir cumplir los objetivos. Si ya en la final de la Champions
–que Griezmann falla un lanzamiento desde los 11 metros-, Sergio Ramos marcaba
un gol en posición ilegal, lo de esta semifinal de Copa no le va a la zaga. Gil
Manzano fue determinante, con la ayuda de su juez de línea, para que los
rojiblancos no sumaran un gol legal o para permitir que apenas se jugaran tres
de los cinco minutos de descuento. Sin contar, otras jugadas que quedan para la
interpretación de cada uno.
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Simeone protestando al cuarto árbitro. (FOTO: mundodeportivo.com). |