La genética, esa ciencia caprichosa, capaz de transmitir en herencia de forma aleatoria los caracteres de padres a hijos. Hay una característica, o mejor dicho “don” que es bastante difícil de transmitir, la magia del fútbol. A lo largo del tiempo, hemos visto muchos ejemplos, que no vamos a nombrar para no ofender, en los que “el hijo de” por mucho empeño que pusiese, no alcanzaba la calidad de su predecesor.
Daniel Aquino, hijo del jugador argentino Daniel “Toro” Aquino, esta intentando ser uno de los ejemplos contrarios, en los que la herencia de calidad es superada por la nueva simiente.
Este joven de 23 años, viene ya madurado desde los 17 años, edad a la que ya debuto en primera división. Después de dar bandazos por segunda, segunda B y alguna aparición en primera, el año pasado ficho por el C del Atlético. Sus actuaciones no pasaron desapercibidas en el club colchonero, y ya en el último partido de Liga de la anterior campaña, sustituyó al mismísimo Adrián, tiempo que aprovechó para dar una asistencia a Costa.
A falta de confirmación de alguna nueva llegada a orillas del Manzanares, Aquino está siendo la sensación de la pretemporada rojiblanca. En el primer partido, ya marcó al Numancia un increíble golazo de falta. En la segunda oportunidad que le dio Simeone, tampoco pasó desapercibido y estas fueron las palabras del entrenador: «Tiene frescura y descaro, además de una de las mejores pegadas con la izquierda».
No cabe duda que está enamorando al mister rojiblanco, ya que se acerca mucho al perfil de jugador que le gusta al argentino, fuerza y garra. Si continua así, se unirá como una promesa mas de las que afloran últimamente en nuestro Atleti, y en los tiempos que corren, a falta de pan buenas son tortas.
Escrito por @yoryogs
@YoSeDelAtleti