Cuando el FC Barcelona visitaba el Santiago Bernabeu aquel 2 de Mayo de 2009 se intuía, sospechaba o incluso vaticinaba para los más valientes, que los azulgranas habían entrado en una nueva generación de oro que sustituyera el fantástico y lejano legado de éxitos de Johan Cruyff. Las bases estaban construídas y el éxito de Frank Rijkaard no había sido casualidad, el gol de Gonzalo Higuaín no haría más que camuflar por momentos lo que sería una de las mayores exhibiciones que han podido ver algunas generaciones.
 
El fútbol de toque en su mayor esplendor, el control, la pared dirección área y la figura de Leo Messi asaltaban la capital con 6 goles. Quizás se ha abusado mucho y se han llenado muchas líneas con la falta de hambre, la forma de coger el sistema o truco del método por los rivales, y no tanto del crecimiento en edad de sus artífices y de la frescura de ideas. El nuevo rey Bayern o el Madrid de Mou no hubieran frenado el Barcelona de aquel día, que cabe recordar que aún sigue ganando, y en donde aparte de Pep Guardiola escondía otra figura igual de importante camuflada en el banquillo: Tito Vilanova.
La trayectoria de Tito como jugador no fue tan exitosa como la de Pep Guardiola, aún así equipos como el Lleida, el Celta, Elche o Mallorca entre otros contrataron sus servicios. El culmen, quizás con alta carga de fortuna, llegó en su época de entrenador cuando Pep le incluyó en su equipo técnico para entrenar al Barcelona B. Nadie esperaba que en un año iban a ser esos mismos los encargados de dirigir al primer equipo y muchos aficionados eran pesimistas respecto al valiente trabajo que iban a dar en can Barça, de donde el primero que debía salir era Ronaldinho, su estrella.
 
 
 
La trayectoria es sabida por todos. Las Copas de Europa, Ligas y Copas fueron el fruto de un trabajo capaz de coger la hegemonía del fútbol mundial, también a nivel de selecciones, donde el Barça tuvo mucho que ver en los éxitos de Aragonés y Del Bosque. En 2011 esa mano derecha era diagnosticado con cáncer de glándula parótida y tras una intervención de 10 horas comenzaría su recuperación. Pronto estaría otra vez en el banquillo blaugrana y tras pasar los controles médicos sería elegido el sucesor de Pep. Desde entonces nada sería tranquilidad para Tito. La recaída de su enfermedad, la utilizacion de la misma en palabras actuales de Pep y negada por Sandro Rosell y la incapacidad para entrenar al equipo fueron las constantes la temporada pasada, en la que a pesar de todo cayó la Liga igualando los números en puntos de Jose Mourinho en la anterior campaña.
Tal vez lo mas difícil en estos casos es equilibrar el factor laboral y el humano. Para un club que intenta desprender valores es complicado manejar casos como los de Abidal o Tito. El francés no fue renovado y el club fue objeto de la crítica de manera importante. Ayer, 19 de Julio, Zubizarreta y Rosell anunciaron que Vilanova dejaba de ser el entrenador. El sentido común a veces se echa en falta en las relaciones laborales, pero era una decision que tanto Barça como Tito debían tomar, por muy gorda que fuera la oportunidad para él y muy complicada respecto a valores fuera la decisión para el club. Al fin y al cabo, como en las películas, los buenos siempre ganan, y tanto el Barcelona como Tito merecen una temporada sin sobresaltos y al 100%, algo que llegará cuando el de Bellcaire supere esa maldita enfermedad, y si no llega será porque una Liga española con record a medio gas le habrá parecido suficiente. Y a ver si lo consiguen los próximos inquilinos del banquillo culé. Ánimo Tito.