Aunque se tiene la sensación de que son siempre los mismos equipos los que luchan por la Champions (y probablemente esa afirmación sea cierta), todos los grandes equipos del continente han sufrido sequías de décadas de duración en las que ganar la orejona ha resultado imposible. El Real Madrid estuvo 32 años sin tocar la Copa de Europa, el Milán 20, el Barcelona no ganó su primera Champions hasta 1992, el Benfica no lo ha vuelto a lograr desde que Béla Guttmann soltó su famosa maldición, y en tiempos mas recientes, hemos visto al Liverpool y al Inter ser campeones de Europa después de 21 y 45 años respectivamente. La final de 1999 iba a ser recordada para las aficiones del Bayern y del Manchester United ya que uno de los dos equipos iba a romper su gafe en esta competición. Sin embargo, este partido iba a tener mucho mas que el fin de una racha negativa para uno de estos gigantes del fútbol, ya que iba a convertirse en uno de los enfrentamientos mas legendarios de la historia de este deporte.
Cómo llegó el Manchester United a la final: En la temporada 97-98, el Manchester se vio superado totalmente por el Arsenal en las competiciones domésticas ya que el equipo del todavía desconocido Arsène Wenger se logró hacer con el doblete de Premier y FA Cup. No demasiado tiempo atrás, esto hubiera significado que el Manchester se quedará fuera de la Champions (ya que antes solo los campeones de liga y el campeón de la Copa de Europa, que tenía derecho a defender el título, podían participar en el torneo). Sin embargo, el cambio de formato que se había producido en la temporada 96-97, permitía que los subcampeones de las ligas mas potentes también participaran en la máxima competición europea tras superar una ronda previa, sirviendo de antesala al formato actual. En dicha ronda previa el United superó al ŁKS Łódź polaco tras ganar en Old Trafford por 2-0 y empatar a cero en tierras polacas. Pronto el equipo de Alex Ferguson comprendió el verdadero nivel del torneo al compartir grupo junto al Bayern, el Barcelona y el Brøndby. Aunque el Manchester fue el único equipo del grupo que no perdió ni un solo encuentro, los ingleses solo lograron dos victorias en los seis partidos jugados, ambas contra el débil Brøndby danés. Su incapacidad de ganar a sus rivales directos condenaron a los Red Devils a pasar a los cuartos de final como segundos, lo que implicaba un rival duro y el factor campo en contra. Ese equipo era el Inter de Milán, el cual venía de quedar líder de su grupo por encima del Real Madrid. El Manchester sabía que el partido en Milán iba a ser realmente complicado, por lo que decidieron aprovechar el empuje de su público y lograr la máxima diferencia de goles posible para encarar la vuelta. Los italianos no pudieron frenar el ímpetu de los ingleses y se volvieron a casa con un 2-0 en contra. En el partido de vuelta el Inter no tuvo ni la mas mínima opción de remontar la eliminatoria, y el choque finalizó con un empate a uno. El United llegaba con paso firme a semifinales pero allí las cosas se pusieron realmente serias.
La Juventus llevaba años siendo el terror de Europa. Los de Turín habían jugado las últimas tres finales de la Champions, y aunque solo se había conseguido llevar una a sus vitrinas, todo el mundo le consideraba uno de los mejores, o directamente, el mejor equipo de Europa. La mala fortuna hizo que el Manchester volviera a tener que jugar la ida en Old Trafford, lo que hacía a la Juve aún mas favorita. Los de Ferguson trataron de sacar un resultado tan bueno como el que obtuvieron con el Inter, pero la Juve también salió a ganar, y ante un equipo que tenía entre sus filas a jugadores de la talla de Zidane, Inzaghi o Del Piero, el Manchester tuvo que tomar muchas mas precauciones. Conte, el actual entrenador de la Juventus, adelantó a su equipo a los 24 minutos tras una
buena combinación entre él, Davids y Zidane. El United trató de lograr el empate durante todo el partido, pero cada vez que llegaba a la portería italiana, se encontraban con un inmensurable Peruzzi. No fue hasta el tiempo de descuento donde en una jugada muy embarullada, Giggs lograba el empate que hacía que el United fuera a Delle Alpi con un resultado no excesivamente malo, pero que le obligaba a salir a ganar. Los primeros minutos del partido de vuelta hacían presagiar el triunfo italiano ya que la Juve se logró poner dos goles por delante gracias aInzaghi.Sin embargo el United no solo no se iba a rendir, sino que iba a remontar la eliminatoria antes del descanso gracias a los goles de Keane y York. Con la eliminatoria empatada pero con el factor de goles fuera a favor del United, los ingleses ya solo se limitaron a esperar y jugar a la contra. La táctica le salió perfecta a los Ferguson que lograron disparar dos veces a los postes y sentenciar la eliminatoria con un gol de Cole. De esta manera el Manchester se convirtió en el primer equipo inglés en jugar una final de Champions desde la tragedia de Heysel.
Cómo llegó el Bayern a la final: Al igual que le pasó al Manchester, en la temporada 97-98 el Bayern tampoco fue capaz de ganar el campeonato local, en donde el recién ascendido Kaiserslautern sorprendió a todos los aficionados al ganar la Bundesliga contra cualquier tipo de pronóstico. Esto obligó a los bávaros a jugar una fase previa ante Obilić de Belgrado que sentenciaron en el partido de ida con un 4-0. Como hemos contado anteriormente, el Bayern cayó en el grupo de la muerte junto a Manchester, Barcelona y Brøndby. En la primera jornada los alemanes se enfrentaban al débil conjunto danés. Los tres puntos eran una obligación para el Bayern teniendo en cuenta que el Barcelona y el United iban a dar guerra. Sin embargo el Brøndby dio la campanada y ganó por 2-1 poniendo muy cuesta arriba el pase del Bayern. Tras empatar a dos en Old Trafford, el conjunto de Hitzfeld se jugaba sus opciones de pasar en las jornadas tres y cuatro donde debía enfrentarse al Barcelona. Los dos choques fueron muy igualados, pero los culés cayeron derrotados en ambos partidos, lo que les hacía quedar eliminados. En la última jornada United y Bayern se jugaban el liderato, y tras empatar de nuevo, el Bayern logró la primera plaza. En este formato solo los dos mejores segundos pasaban, por lo que el Bayern tuvo que hacer frente a otro campeón de grupo en los cuartos de final. Su rival fue nada mas y menos que el Kaiserslautern que aún seguía sorprendiendo a Europa tras dejar fuera a dos históricos como el Benfica y el PSV. A pesar de que el Kaiserslautern era el actual campeón alemán, el Bayern había confeccionado un buen equipo para esa temporada. Además, si le sumamos el factor experiencia, el Bayern era claramente favorito. Lo que si sorprendió fue la contundencia con la que el Bayern logró el pase, y es que el global de la eliminatoria fue de 6-0 después de que los bávaros le endosaran un 0-4 a sus rivales. El sueño de Kaiserslautern se había desvanecido, pero el Bayern todavía tendría que acabar con las esperanzas de otro pequeño equipo.
Tras eliminar al Real Madrid en los cuartos de final, el Dinamo de Kiev, liderado por Andriy Shevchenko, se plantaba en las semifinales con una amenazadora carta de presentación. En el partido de ida jugado en la capital ucraniana, el Dinamo se logró poner dos veces con una ventaja de dos goles en el marcador (2-0 y 3-1). El partido fue un continuo ida y vuelta y se pudieron ver mas goles de los que hubo. Pero por desgracia del Dinamo, la balanza se inclinó a favor del Bayern en los minutos finales, y los alemanes consiguieron empatar a tres. En el partido de vuelta los ucranianos salieron a por el gol que les hacía falta para lograr el pase, pero Oliver Kahn firmó uno de los mejores partidos de su carrera y no dejó entrar en su portería ni un solo balón. El único gol del partido fue una auténtica genialidad de Mario Basler, el cual provocaba que el Dinamo necesitase dos goles. El golpe moral fue tremendo y los ucranianos se hundieron. El Bayern volvía a jugar una final de la Copa de Europa.
La final: Tras quedarse a las puertas de ganar la liga en sus respectivos países, ambos equipos se reforzaron para crear un conjunto campeón. El United, tras la reciente Ley Bosman, se había internacionalizado y presentó en la final un equipo con mas extranjeros que ingleses. Por otro lado, el fútbol alemán seguía confiando en sus futbolistas y el único extranjero que podíamos encontrar en la alineación del Bayern era el central ghanés Samuel Kuffour. Cada uno en su estilo había demostrado ser un gran equipo y ambos conjuntos lograron ganar la liga y la copa de sus países, por lo que el ganador de la final lograría hacer un histórico triplete.
Con un estadio Camp Nou a rebosar, el partido comenzó. Tras unos minutos de tanteó Effenberg se logró escapar en dirección y consiguió provocar una peligrosa falta. Mario Basler fue el encargado de lanzarla, y aunque su disparo no se puede considerar como ortodoxo (lanzamiento raso y al palo del portero), no se puede discutir que no fuera eficaz, ya que el balón entró en la portería. El balón era muy parable, pero Schmeichel, el guardameta del United, estaba muy tapado por la barrera y solo vio pasar la pelota cuando ya estaba demasiado cerca de la portería. El tempranero gol del Bayern no significó una revolución del partido, y ambos conjuntos siguieron muy ordenados. Pero en la segunda parte el Bayern salió a por el partido mientras el Manchester seguía flojo de ideas, y en donde Ferguson solo se limitó a sacar a Sheringham para jugar con tres puntas. Aunque dominaba, el Bayern no sentenciaba, por lo que Hitzfeld dio salida Mehmet Scholl. El talentoso jugador alemán no rindió como se esperaba, pero estuvo a punto de meter un gol antológico de vaselina desde fuera del área, pero el balón se estrelló contra el poste. Mas clara todavía fue la ocasión Jancker que tras controlar el balón con el pecho, estrelló el balón en el larguero tras una chilena. En el minuto 81, el legendario de Lothar Matthäus se retiraba del terreno de juego en lo que podía ser su última ocasión de ganar la Copa de Europa, mientras que en el United, Cole dejaba su puesto a Solskjær. Todo parecía decantado a favor del Bayern. El United no llegaba, y parecía que su única forma de empatar iba a poder ser a balón parado….y así fue. En el minuto 91 Beckham se dirigió a la esquina para sacar la que podía ser la última ocasión del Manchester. Ferguson lo sabía, y por ello mandó subir a Schmeichel a rematar el saque de esquina. El balón fue colgado y ni los defensas del Bayern lograron despejar, y ni los delanteros del United conseguían rematar. Al final, tras varios rebotes dentro del área, el balón le cayó a Sheringham en la línea de gol. El delantero del United la empujó y logró empatar. El golpe fue duro para los alemanes, ya que vieron como un partido que se habían merecido ganar se les escapaba en el último momento, pero lo que faltaba por venir era mucho peor. Aprovechando que el Bayern estaba dolido moralmente el Manchester presionó y logró un nuevo córner. Beckham sacó el córner de nuevo, Sheringham lo remata en el centro del área, el balón va en dirección al segundo palo pero no parece ir a puerta. Pero de repente, el asesino con cara de niño, Gunnar Solskjær, metía la punta de su bota y mandaba el balón directamente a la escuadra. Ya no había tiempo para mas y el Manchester se proclamanba campeón de Europa. Las imágenes de Schmeichel haciendo volteretas, de Kaboul llorando, de Matthäus atándose las botas en el banquillo al no saber que hacer, Collina consolando a los jugadores del Bayern,…han pasado a la historia del fútbol. Aunque el Bayern consiguió hacerse con la orejona dos años después ante el Valencia, esta final todavía sigue siendo un recuerdo doloroso para los aficionados del Bayern y uno de los mas grandes de la historia del United.