5 años, 316 partidos oficiales, 28.350 minutos, escríbalo como quiera o cuéntenlo a sus allegados como lo desee. Los argentinos ya no se llevan a las chicas guapas por el acento, ahora lo llaman eficacia, siempre habíamos sospechado que era una mezcla de las dos, pero si nos lo muestra el nuevo coronel de la percha que se ha llevado a las 15 chicas más esbeltas del lugar mientras la posesión era suya, tendremos que creerle.
 
La riña entre seguir el concepto principal o buscar un alternativo más feo que llevara al objetivo es un debate tan viejo como la práctica del fútbol. Todo club del mundo ha expuesto sus ideas futbolísticas a los tiempos que corrían, el gran Milán de finales de los 80, la selección italiana o el propio Real Madrid son clubes que en momentos señalados cambiaron su perspectiva inicial del fútbol para llevarlos a la victoria. Todos menos el Fútbol Club Barcelona, fiel a su idea de toque desde que Johan Cruyff encendiera las luces del comedor en La Masía hace más de 20 años para que los chicos desayunaran el estilo. El legado del recurso literario es magnífico, aquellos chicos estaban “creados” desde ese día para definir una manera de ver el fútbol, desde los Guardiola, Xavi o Iniesta hasta el más dulce ejecutor del final de la idea: Leo Messi.
El 10 del Barça nunca se ha caracterizado por ser el rey del romanticismo, los demás juegan y tocan, algunos como Iniesta podrían ser calificados como “mejores jugadores de fútbol”, propiamente dichos, que el argentino. Pero en fantasía y objetivo manda él, si hay que regatear a tres se hace y si hay que marcar goles de bella factura sin demora démenla, que ya me encargo yo. Su idea final no discute la de su compatriota. Valdés y Messi están marcando las diferencias en este inicio del Barça de Martino, un Barcelona que aún no sabe jugar al contragolpe, como un Madrid que aún no sabe jugar a tocar como lo hacía el Barcelona. Divergencia de ideas de dos clubes marcados por la falta de similitud en el estilo. Un Barcelona donde el Cesc más propio de la Premier League pide paso ante Xavi o la baja forma de Iniesta a estas alturas y donde Messi o Neymar inventan y ejecutan. Un “Barça de los galácticos” para hacer una similitud con el eterno rival.
En Vallecas se puso punto y final a la discusión. Curiosamente, la última vez que los culés perdieron ese mito de la posesión, absurdo si no fuera por la belleza y genialidad de los participantes, fue ante el Real Madrid en aquel recordado pasillo del Bernabéu, punto de inflexión y punto y final de Rijkaard para volver a los orígenes y al triunfo. Puede que el Tata se equivoque o puede que dé con la tecla correcta para volver a un reinado que Bayern de Munich y Real Madrid pusieron en entredicho. Quizás el estilo lo marquen los jugadores y aún no ha salido un nuevo Guardiola o un Xavi más joven y estemos ante un Barça de entreguerras. El tiempo y la conquista de títulos, con un acento más simplón, marcarán la victoria o la derrota de los románticos del fútbol. Y… ¿el de la selección?
Manuel Díaz
@manudp85