Pepe Mel, un entrenador declarado y reconocido como bético se colocaba a los mandos de la nave verdiblanca allá por el verano de 2010. Los de Heliópolis estaban destrozados ya que solo hacía tres meses se habían quedado fuera del tan ansiado ascenso a Primera División. Un equipo nuevo en su totalidad, nueva directiva, nuevo equipo técnico, muchos cambios en una plantilla en la que muchos se bajaban del barco, pero muchos otros se involucraban. Quién le iba a decir a los béticos que todo iba a ser tan perfecto.
El equipo notó de manera impresionante el ‘efecto Mel’ y tras una grandísima temporada en la Liga Adelante, una competición que brilla por su dureza y dificultad, la parroquia verdiblanca lograría el ascenso a la Liga BBVA de la que nunca debió salir. Lo hizo consiguiendo un primer puesto abrumador, sin complicaciones, ya que ese año justo fue cuando se impuso el nuevo sistema de ascenso, con esa ‘lotería’ que acabaría siendo el play-off. En esta temporada, aparte de destacar el nombre del entrenador que cada vez convencía más a todo el equipo, también cabe resaltar las primeras actuaciones de gente que a posteriori sería imprescindible en el conjunto sevillano como un jovensísimo Beñat, Rubén Castro o Jorge Molina.
El salto a primera no iba a ser fácil, era un equipo prácticamente formado por jugadores que nunca habían jugado en la categoría de oro del fútbol español. Jugadores años anteriores tan importantes como Achille Emaná abandonaban el club y tocaba arrancar un nuevo proyecto, aunque con Pepe Mel a la cabeza, cosa que daba mucha tranquilidad al equipo andaluz. Con ilusíón, trabajo, esfuerzo y motivación los de Mel hicieron un arranque de ’10’. Nadie se podía creer que un equipo recién ascendido como el Betis, fuese el líder de la categoría con 12 puntos de 12.
Si algo caracterizó esta temporada fue sin duda la irregularidad que se vivió en Heliópolis durante toda la temporada y es que lo mismo que se colocaron líderes, después llegaron a rozar los puestos de descenso con rachas hasta de 10 derrotas seguidas. Durante esa ‘sequía’ incluso se llegó a hablar de la posible destitución del entrenador madileño, aunque solo fueron espejismos. Finalmente el Betis logró salvarse a falta de 4 jornadas para el final de temporada y comenzarían a preparar la que sería la temporada más gloriosa de Mel en el Betis, hasta ahora.
Con un equipo que cada vez enamoraba más jugando a fútbol (su estilo llegó a compararse con el del Barça de Pep) el conjunto andaluz arrancaba una temporada ilusionante, en la que el objetivo primordial sin duda sería el mismo de la temporada pasada, mantener la categoría. Las jornadas se fueron sucediendo, los de Pepe Mel a base de auténticos partidazos y de mucha constancia consiguieron acabar el campeonato en séptima posición, convirtiéndose ésta en una sexta posición tras la sanción del TAS al Málaga. Así el Real Betis Balompié la temporada siguiente, es decir, ésta que se está disputando ahora mismo, jugaría la Europa League.
Quién le iba a decir a los pupilos de Mel que en 2 años iban a pasar de jugar en Segunda División a disputar competición europea y es que así es el fútbol. Lo que sí está claro es que a este equipo nadie le ha regalado nada y ese premio es fruto de un largo y gran trabajo. Este año tan prometedor para las filas verdiblancas, aunque no demasiado bien, con hasta 13 cambios en la plantilla, el Betis no encuentra su sitio y en Liga llevan 8 puntos de 24 posibles y en Europa League 2 de 6 posibles pero si hay una cosa claro es que conjunto de personas se han ganado el respeto de todos y con el tiempo veremos qué ocurre.