Decía Simeone hace algunas semanas algo así como que “en el fútbol siempre vas a ganar más con carácter que jugando bien”. Dejando a un lado el hecho de que el término “jugando bien” daría para varios debates, la expresión es un reflejo perfecto de lo que lleva siendo el Atlético los dos últimos años, desde la llegada del argentino al banquillo rojiblanco.

Un equipo intenso, solidario, donde todos presionan y luchan como si cada partido fuese una final. El famoso «partido a partido». Un equipo en el no tiene discusión la clase individual de algunos de sus jugadores pero que baja mucho sus prestaciones y se convierte casi en un equipo vulgar, apenas baja mínimamente el nivel de intensidad en el juego.
Basado en esa intensidad, esa presión y esa capacidad de sacrificio, el Atlético aguantó segundo en la tabla dos tercios del campeonato pasado y, en la presente, había ganado 11 de sus 12 primeros partidos.
Pero el pasado sábado se tropezó con el Villareal y se encontró con la horma de su zapato. Una defensa fuerte, un medio centro extraordinario (Bruno) y varios buenos futbolistas en ataque son un excelente punto de partida. Pero si, a todo esto, le sumas las misma armas que el Atlético (presión, intensidad, solidaridad, coberturas en defensa…), el resultado es que el Villareal es el mejor equipo al que el Atlético se ha enfrentado este año. Y ha jugado contra Madrid y Barcelona. Obviamente, no tiene las individualidades de éstos pero, viéndole jugar, no sorprende que esté en puestos de Champions (importante no olvidar que acabo de volver a Primera tras un año de calvario en Segunda).

(Foto: EFE)

Y el Atlético, que ha sido un equipo tremendamente fiable todo el año, se atascó. Y no fue capaz de contrarrestar lo que ofrecía el Villareal. Algunos dicen que faltó ambición. Puede ser que faltase un punto de ésta. Pero, como decía Simeone, lo que de verdad falto fue calidad y creatividad.
Calidad y creatividad que es más necesaria que nuca cuando los equipos se cierran y saben salir al ataque con combinaciones rápidas. Como lleva haciendo el Villareal toda la temporada e hizo el pasado sábado. Por eso, Simeone quiere al brasileño Diego Ribas; porque, cuando Arda no está o no está al 100 %, al Atlético se le hacen muy duros este tipo de partidos.
El partido acabó en tablas pero no hubiera sido extraño que el Villareal hubiese terminado por llevarse los tres puntos. De hecho, probablemente fue el peor partido del Atlético este año.
El Atlético lleva dos años más cerca de Madrid y Barcelona de lo que nadie ha estado en las últimas cinco temporadas. El Villareal, en cierto modo, copia el modelo del Atlético y le funciona. ¿Estamos ante un cambio del paradigma, un cambio del modelo? Dado que no se puede competir con Madrid y Barcelona en dinero o fichajes, ¿debe competirse en imaginación, estrategia y esfuerzo? La respuesta no puede ser más que afirmativa, aunque también sea necesario, para que este modelo triunfe, una cierta dosis de calidad arriba. Y, en distintos niveles, Atlético y Villareal (y algún equipo más) la tienen. Y el resultado es el que vemos en la tabla clasificatoria.

@mattletisier