A estas alturas ya habréis escuchado todas y cada una de las historias sobre el origen y desarrollo del Boxing Day. Cajas de los señores al populacho vil, historias medievales con un tal Wenceslao como protagonista, el primer derby entre el Sheffield y el Hallam. Lo mismo cada 26 de diciembre.
Lo mejor de todo es que mientras el resto del mundo anda de parón navideño, la Premier League sigue funcionando y, una vez más, nos ha regalado una jornada futbolística a la altura de las circunstancias. El año que viene será lo mismo. Volverán a contarnos la misma historia y volverán a hacer un poco más grande aún (si cabe) el halo de romanticismo que envuelve al fútbol británico, siendo uno de sus grandes escaparates el Boxing Day, el día en el que todas las Ligas duermen y la Premier enseña su potencial al mundo. Por si no lo muestra ya lo suficiente.
Un 25 de diciembre de 1915 Sidney Puddefoot anotaba 5 goles, Bill Masterman 2 y Danny Shea marcaba otro para completar el 8-2 que asestaba el West Ham al Arsenal. El último triunfo hammer en época navideña se remonta al 25 de diciembre de 1940 cuando el West Ham ganó 4-2 (Foreman x2, Chapman y Foxall).
Carlton Cole metió el miedo en el cuerpo a los de Wenger que durante buena parte del partido vieron que iban a volverse a casa una vez más sin ganar. Y eso ya era demasiado. Giroud anda en época de sequía pero ocurrió que andaba por ahí Theo Walcott para hacer de francés. Y resultó que Podolski volvió a pisar el verde (Ramsey se marchó lesionado) y asestó el golpe mortal al West Ham. Los gunners siguen amarrados a la parte alta de la tabla pero siguen demostrando algunas carencias. Y todavía falta mucho.
Curiosamente, 26 veces han sido las que se han enfrentado Chelsea y Swansea en todas las competiciones. Los blues ganaron en 10 ocasiones, empataron 9 y perdieron 6, con un balance de 40 goles a favor.
En el Boxing Day de este año bastó un gol de ese gran jugador que es Hazard para sumar otros tres puntos. Mata hizo de las suyas con un par de geniales asistencias pero este no es el año de los delanteros para el Chelsea. Antes cuela gol el utillero. El español fue de más a menos hasta que fue sustituído por Schürrle y si el Chelsea estuvo serio en todas sus líneas y tuvo veinte minutos espectaculares, poco a poco se fue diluyendo hasta comenzar a jugar con fuego. Otra vez. Aunque en esta ocasión no se quemó. El propio Mourinho dijo en la rueda de prensa posterior: «En el descanso deberíamos habernos relajado con un marcador cómodo, pero el tiempo pasa y no marcamos el segundo gol y sientes que el rival quiere arriesgar más y pone un segundo delantero y estás en apuros«. Pues eso José.
Fecha navideña también la del partido Hull City y Manchester United. 25 veces eran las que se enfrentaban los dos equipos. Fum, fum, fum. La última vez fue con Ferguson en el banquillo un 27 de diciembre de 2009. También anotó Rooney. Y también hubo un gol en propia puerta del Hull.
El caso es que este año, el United salió con una torrija al campo de no te menees. Se mascaba la debacle. Los red devils aún estaban de cena de empresa y cuando quisieron darse cuenta, a los 13 minutos, Meyler y Chester ya habían anotado. Fue precisamente Chester el que esta vez metió en su portería para darle la victoria a los de Moyes. Había recortado Smalling. Había entrado Januzaj por Rafael para cambiarle un poco la cara al partido (rapapolvo de David mediante para que dejara de tirarse) y luego ese golazo de Rooney para el empate. Otros tres puntos y el título que sigue estando a 8.
En los últimos 13 años era la cuarta vez que el Everton se enfrentaba al Sunderland un 26 de diciembre. Y exceptuando aquel 26 de diciembre de 1999 (con Smith en el banquillo) en el que los toffees golearon por 5-0, los dos últimos enfrentamientos navideños (en 2009 y 2011 con Moyes en el banquillo) habían terminado con empate a uno.
Los de Bob Martínez cedieron su primera derrota en casa. Pero no fue merecida. Howard, el portero antes conocido como «el de la barba«, se marchó expulsado en el 23′ y Sung-Yueng Ki adelantaba a los de Poyet en el marcador. A partir de ahí el Everton las tuvo de todos los colores para empatar, remontar y golear. Pero no pudo ser. Aún con todo siguen en una merecidísima quinta posición.
Y el Boxing Day se cerró como se tenía que cerrar. Con un Manchester City contra Liverpool de altura, en el que los dos equipos demostraron que están en un momento de forma espléndido.
La última vez que el Liverpool se enfrentó al City un 26 de diciembre fue en el año 1985, con Kenny Dalglish en el banquillo y el partido terminó en derrota para los reds por 1-0.
Los de Brendan Rodgers tenían la oportunidad de liderar la tabla de clasificación. Y también la de volver a ganar un partido en el Boxing Day, algo que no ocurría desde el 26 de diciembre de 2009, con Rafa Benítez como entrenador, cuando ganaron al Wolverhampton por 2-0 (Gerrard y Benayoun).
El Liverpool jugó un excelente partido. Y la noticia fue que Luis Suárez no marcó. Dejó solo a Coutinho para que anotara y después se sacó de la manga geniales asistencias para Sterling que Hart, el portero anteriormente conocido como «el que está en el banquillo por Pantilimon«, salvó convenientemente.
El City, por su parte, sigue intratable en el Etihad, donde solo le ha pasado por encima el Bayern de Guardiola. A estas alturas, una contra de los de Pellegrini es para cagarse. Así como suena. Salen en tromba y suena la Marcha Imperial de Star Wars. Ni que los dirigiese Mourinho.
Empató Kompany de cabeza a balón parado y otra vez Negredo (con regalo navideño de Mignolet) que volvía a rascar culminando una jugada comandada por unos estupendos Nasri y Navas. Queda liga y quedan jornadas, pero cada vez hay más gente que vota por los citizens como ganadores del títulos.
Álvaro Ramírez
@alvarord83
@YoSeDeLaPremier