Como ya he escrito en algún otro artículo en este portal y como era previsible, el Atlético ha perdido frescura desde mediados de diciembre. Todos los equipos pasan un bache físico, mayor o menor, a lo largo de la temporada y el Atlético lo está pasando ahora.

Y es algo que parece perfectamente planificado por Simeone y su cuerpo técnico: empezar la temporada “a tope”, pasar la fase de grupos de la Champions, conseguir una notable ventaja en Liga que dé garantías de estar en Champions el año que viene, pasar el bajón en enero y mitad de febrero (cuando se juega la Copa, que ya ganó el año pasado y a la que, dentro de un orden, se parece dar menos importancia) y volver a estar a tope a partir de final de Febrero para las eliminatorias de Champions y el final de la Liga.

Este bajón se está haciendo especialmente patente en ataque donde el equipo ha perdido  mucha frescura y creatividad. Pero, salvo el empate del domingo pasado ante el Sevilla, si se puede considerar traspiés, el equipo está consiguiendo así y todo mantener los resultados.  Y es gracias, sobre todo, al orden defensivo.

Y es que una de las grandes virtudes de este Atlético (seguramente, la mayor) es que, por mucho que pierda creatividad en ataque, jamás pierde la compostura en defensa. Si pierde un balón, se repliegan inmediatamente para convertirse en ese equipo compacto y rocoso que no deja ni medio resquicio al rival: los laterales, que suben con frecuencia al ataque, son muy rápidos volviendo; los centrales, que suben en caso de corners o falta cerca del área contraria (en este caso, son los laterales, Filipe y Juanfran, los que cierran)  tampoco tienen  problemas para recuperar la posición; Tiago, Mario Suárez o Gabi están atentos o hacer una falta táctica, si procede, para anular el posible contraataque del rival; en caso de necesidad o porque la táctica de ese partido así lo dicte, Diego Costa cae a una banda para cubrir la subida del lateral contrario … Así, es tremendamente complicado sorprender al Atlético en un contraataque.

Además, hay, al margen del repliegue, otros dos factores, sospecho que inspirados por el cuerpo técnico que hacen de este Atlético un equipo que concede escasas ocasiones de gol. El primero, si los medios se ven en apuros, no tienen  problema en retrasar la pelota a la defensa o, incluso, al portero. Y el segundo, si Miranda o Godín se ven en apuros no tiene reparo alguno en mandar la pelota fuera del campo para que el equipo pueda reorganizarse en defensa.

La conclusión de todo esto es que, en estos meses “de bajón”, donde no llega el físico, llegan las jugadas a balón parado (en ataque) y la organización y el repliegue en defensa. Y Courtois.