Osasuna siempre ha sido un equipo con muchos problemas para hacer goles, pero lo suplía con una defensa segura y rocosa, contra la que los delanteros tenían que enfundarse la armadura y el casco. Pero eso ha cambiado.  Los jugadores rivales se mueven entre la zaga rojilla como pez en el agua, y llegan al área con asombrosa facilidad. Incluso en El Sadar, visita que antes se señalaba con rojo en el calendario, no impone respeto, y los contrarios cuentan con llevarse los tres puntos cuando toca enfrentarse al equipo navarro. La última derrota por cinco goles contra los leones de Valverde, dejó muy claro todos los problemas a los que tiene que hacer frente el conjunto de Javi Gracia.
Pocos se libran a la hora de buscar culpables, y es que, hasta el dueño de la portería, Andrés Fernández, está fallando. Ese portero que sonó como recambio de Casillas cuando se lesionó, o como sucesor de Courtois en el Atlético del Cholo, lleva toda la temporada alternando actuaciones estelares con fallos garrafales, que han llevado a costar algún partido. A pesar de ser un portero con decisión y de asombrosos reflejos, esta campaña no está demostrando una gran seguridad.  Aún así, estamos convencidos de que sólo se trata de una mala racha, y pronto ofrecerá el nivel al que nos tenía acostumbrados. Pasamos a la defensa. La pareja de centrales Arribas-Lotiès no está cumpliendo las expectativas que ofrecía en pretemporada, concediendo demasiado y con errores graves. Mejor el francés que el madrileño, que quizás ha demostrado que podría desempeñar una mejor función en el mediocentro, ya que tiene criterio a la hora de sacar el balón, y es un excelente pasador. Esto también solucionaría el problema de contención en el mediocampo osasunista, para el que jugadores como Loé o Lolo no han dado la talla. Sería un interesante experimento. Marc Bertrán quizás sea el más en forma de toda la retaguardia, pero sus constantes subidas al ataque dejan muchos espacios que los rivales saben aprovechar, y aprovechan. Y llegamos así al eterno problema del lateral zurdo. Monreal, cuánto daño nos hiciste. Desde su salida no se ha encontrado ninguno, ni uno solo, capacitado para ocupar la banda izquierda del equipo pamplonés. Se fichó a Joan Oriol, y prometía,  pero no dio resultado. Mientras tanto, Gracia utiliza como parche a Damía a pie cambiado, que para un partido, puede valer , pero no completar toda una temporada. Todo esto sumado a que jugadores de ataque como Cejudo o Armenteros, no ofrecen la intensidad defensiva que se les requiere, convierten a Osasuna en un cóctel Molotov, a punto de explotar en cualquier momento. El único que se salva de la quema es el ex del Alcorcón, Oriol Riera, que con 7 dianas,  dadas las características y juego del equipo es bastante, está haciendo olvidar a los Kike Sola o los Pandiani.

 

A pesar de todo, el equipo ha sabido actuar consciente de sus limitaciones, y se encuentra con 22 puntos, a tres del descenso. Comodidad, pero sin relajación, ya que la situación no lo permite ni un poquito. En Pamplona deben mirar al pasado, y volver a ser el equipo que era antaño, ese que hace dos años quedó séptimo, con esa fortaleza impenetrable, inexpugnable, llamada Reyno de Navarra. Puede que sea un problema de plantilla, de confianza, de mala organización, o todo junto, pero tiene que cambiar drásticamente. Remar todos en una misma dirección para intentar salvar este barco, que va sin rumbo, si no quiere verse el año que viene en el infierno. ¡Eman gogor!