"Éramos pocos y parió la abuela", debió
pensar más de un atacante del Real Madrid al ver a Jesé Rodríguez marcando el
gol decisivo en Mestalla (2-3) en la última jornada de 2013. Impresiones, las
dejadas por el canario ratificadas en el primer partido de 2014 ante el PSG
donde también vio puerta. Aunque se tratara de un simple amistoso, ese tanto
tiene su simbolismo: lo del Valencia no fue flor de un día. La inestimable
aportación ante el Celta el pasado lunes no hace más que confirmar la
evidencia: Jesé está listo para asaltar la titularidad.
























Nacido en Las Palmas de Gran Canaria hace 20 años, Jesé Rodríguez recaló en la
cantera del conjunto blanco con 14 años y desde entonces su proyección ha sido
imparable. 




Explotó definitivamente en 2012 bajo las órdenes de Alberto Toril
formando parte del Castilla que logró el ascenso a Segunda junto a Morata,
Carvajal o Denis. Ese mismo año se proclamó campeón de Europa sub-19, por
cierto, torneo en el que acabó como bota de oro.



Hacía ya muchos años que se hablaba de un tal Jesé como la gran perla de La
Fábrica. Pues bien su hora puede no estar demasiado lejos. Atrás quedaron sus
desplantes y su fuerte temperamento. Apadrinado en el primer equipo, 
ni más ni menos que por Zidane, ha ido
ganándose minutos y el respeto de sus compañeros, madurando como futbolista y
sin hacer aspavientos, sabedor de su rol en el equipo. De esta forma la
oportunidad llegó y la ha sabido aprovechar. Ahora su enorme velocidad, su
dribbling y su pegada obligan a los teóricos titulares a no dormirse en los
laureles si quieren conservar su posición de privilegio.




























El canario llama a la puerta del once pero ahora bien, ¿dónde podría estar su
sitio? Hasta el momento, casi siempre ha aparecido por la banda izquierda
actuando como sustituto de Cristiano Ronaldo pero ese es terreno vedado y el
único puesto inaccesible para Jesé y el resto de futbolistas de la plantilla.
En la mediapunta (siempre y cuando sea en el dibujo de 4-2-3-1) sí podría
disputar el puesto a Isco. El malacitano gusta mucho y brilla con luz propia
cada vez que juega pero, al igual que ocurría con Özil, tiene ratos de lagunas
y ayuda poco a los de atrás. Más complicado resultaría quitarle el puesto a
Gareth Bale, que ha demostrado ser un filón como asistente y goleador y se
compenetra a la perfección con CR7.
























 No obstante otra alternativa, y factible también con el sistema 4-3-3, sería
con Jesé de delantero centro en detrimento del siempre cuestionado Benzema. Al
francés se le achaca falta de definición y su indolencia ha sacado de sus
casillas a más de uno en el Bernabéu, a Mourinho en su momento e incluso a
Ancelotti. En ese caso, Jesé habría ganado la partida a Morata como segunda
opción para la punta de ataque. Igual que Di María al que puede arrebatar su
condición de jugador número 12, más aún después de que el argentino dedicara un
intolerable gesto a la grada en el último partido de Liga.




















En cualquier caso, los atacantes madridistas deben atarse los machos porque el
chaval canario ha llegado para quedarse, va a pelear por triunfar en el Madrid
y cualidades no le faltan. Aunque sea pronto para lanzar las campanas al vuelo,
mucho ojo, porque como ya ocurriera con Raúl, podemos estar ante el nacimiento
de una estrella. Y en Concha Espina lo van a cuidar, no quieren lamentar otro
caso como los de Mata, Negredo, Soldado o Borja Valero.