A cualquier aficionado al fútbol en general, si se le pregunta por equipos que participen en la Scottish Premiership probablemente solo sepan nombrar a uno o dos. Estos clubes afortunados serían el Celtic de Glasgow y el Rangers, aunque también se le podría añadir a esta selecta lista al Aberdeen o al Motherwell, ya que suelen ser habituales en las fases de grupos de la UEFA Europa League.
En las ligas europeas en general, se ha perdido ese toque de magia que las hace un poco más especiales. Décadas atrás los equipos triunfaban en cada liga «por generaciones». El dinero todavía no movía el fútbol y los clubes tenían que utilizar jugadores de sus canteras. Por este motivo antes los títulos se alternaban entre unos clubes u otros, porque surgían «generaciones estrella» que duraban de uno a cuatro años. Ahora todo ha cambiado y el dinero es el pilar fundamental del fútbol moderno. El que más poderío económico tenga, más capacidad adquisitiva tiene y puede contratar a jugadores de más calidad haciendo que el equipo funcione de mejor manera.
Esto es lo que ocurre en la SPFL y en el fútbol de Escocia en general. La crisis económica ha llegado a los clubes escoceses, endeudando a muchos de ellos -casos conocidos como el Hearts y el Rangers- dejándoles al borde de la desaparición. De todos modos, no ocurre lo mismo con el todo poderoso Celtic de Glasgow. A diferencia de sus vecinos protestantes, en Celtic Park nunca han habido momentos de dificultades económicas y esto ha aumentado las desigualdades entre todos los equipos.
Por este motivo me refiero al «monopolio escocés», es decir, a la paupérrima rivalidad que se le ofrece al Celtic. Resuelven la gran mayoría de sus enfrentamientos cómodamente y apenas se dan encuentros en los que tengan que sufrir para puntuar. Además esto empeora ya que la SPFL solo dispone de una plaza para disputar el ‘play-off’ de la Champions League, que en los últimos años sin la presencia del Rangers han sido para los verdiblancos.
Es una liga de uno, un monopolio hecho liga de fútbol, pero de todos modos las 11 plazas restantes y las competiciones de eliminatoria siempre dan sorpresas y están muy disputadas entre los equipos «mortales».