Parece que el Espanyol ha retomado el buen camino. Los de Aguirre se encuentran cómodos en la décima posición con aspiraciones reales de Europa para la próxima temporada. Todo ello se debe a que el mexicano ha encontrado la fórmula perfecta, el esquema, la manera, el modo de conseguir que este equipo pueda llegar a ser competitivo y consiga grandes éxitos.

 

Se trata del clásico 4-2-3-1 aquello que tan buenos resultados le está dando al conjunto perico. Un trabajo de todos, que interpretando su papel a la perfección, van consiguiendo los objetivos poco a poco. En Cornellá disfrutan del buen fútbol desplegado por los blanquiazules, que invita a soñar.

Todo empieza por la portería. Kiko Casilla está siendo una de las sensaciones de la liga. Grandes reflejos los del arquero tarraconense, que ya nos ha dejado intervenciones para el recuerdo. Luego está una línea de cuatro defensas, Javier López, Héctor Moreno, Colotto y Fuentes. Muy seguros atrás y con peligro al llegar al área contraria, ya sea a balón parado o con las subidas de los laterales. El mediocentro está formado por el doble pivote Abraham-David López, actuando de forma impecable. Un poco más adelante, ya en tareas de ataque se encuentran Stuani y Simão en las bandas, y Víctor Sánchez en la mediapunta, realizando grandes partidos y orquestando cada ataque de los catalanes. Y por último, la guinda del pastel. Sergio García lidera al equipo y es el sello y alma de este Espanyol crecido y con grandes aspiraciones. Sus números le avalan y se ha convertido en una de las grandes figuras de la Liga BBVA.

 

No es el once tipo que ha utilizado siempre ’’El Vasco’’ Aguirre, pero es el que lleva probando las últimas jornadas. En el banquillo hay gente como Jhon Córdoba, Pizzi, Álex Fernández, Sidnei, Lanzarote o Víctor Álvarez que podrían coger protagonismo en cualquier momento. Y es que viendo este banquillo, vemos que no es sólo un once, y que puede aguantar perfectamente el ritmo de la competición.

 

La última derrota contra el Villarreal fue dolorosa pero no alarmante. El equipo jugó bien y estuvo a punto de conseguir el empate, si Sergio García no hubiera errado el penalti, o mejor dicho, si Asenjo no hubiera estado tan afortunado. Este fin de semana se enfrentan al Getafe de Luis García con la intencíón de sumar los tres puntos, aunque no será fácil.

Este equipo invita al optimismo, a creer que se puede. No dar nada por perdido, confiar. Todavía queda  mucha liga, y a pesar de esto, no hay tiempo para relajarse, porque tan pronto estás en una nube como que al día siguiente te estampas contra el suelo. Seguir por esta senda, por esta vía de la victoria, sin salirse del trazado ni un poquito. El sueño de Europa cada vez se hace más grande y más real. La afición periquita está ilusionada, orgullosa, sueña, y es que tiene motivos para hacerlo.