«Pellegrini es un entrenador fantástico y además es de formación ingeniero. No creo que necesite una calculadora para sumar 37 millones de Mata y 18 de Kevin De Bruyne. Eso son 55. Matic han sido 21 y Salah 11. Eso son 32. 55 menos 32 son 23. Así que el Chelsea ha generado 23 millones de beneficio».
José Mourinho. Entrenador del Chelsea y matemático.
Estaban enzarzados El Ingeniero y The Special One en su batalla dialéctica que incluía caballos, potrillos y calculadoras que se les olvidó lo más importante. Estamos en el tramo final de la temporada. Y es que en una de las ligas más competidas de los últimos años la cosa no está para ver que caballo tiene los huevos más gordos y quien se pasa mejor por el forro el fair play financiero.
Pellegrini confirmó que contestaba a Mou porque mantenerse callado era aceptar que el luso siempre lleva razón. Vale Manuel, no pasa nada. Pero mientras el Chelsea finiquitaba al Newcastle a golpe de gol de Hazard, el City se olvidaba de meterle goles al Norwich y empataba a cero.
Cruel destino el de esta Premier. En la jornada intersemanal, el Chelsea fue a toparse con el West Brom. En condiciones normales (véanse los partidos de los que se olvidó Manolo Lama: City y Newcastle), y atendiendo al arreón blue, el Chelsea lo tenía hecho. Sobre el papel (sobre el césped más bien) la cosa fue muy distinta. Toda la intensidad que se le pide a un equipo de Mourinho faltó por todos lados, quizá porque habían echado el resto en los dos anteriores encuentros.
Formó Pepe Mel con Berahino, Amalfitano y Thievy arriba (que ya había marcado gol en su debut) y el Chelsea repitió el mismo esquema que con el Newcastle a excepción de Lampard, cuya posición en el centro ocupó Nemanja Matic, acompañado de Willian y Ramires.
El gol vino de la mano de Ivanovic. Mal se tiene que dar este verano para que el portugués no pida a gritos un delantero al multimillonario ruso.
Después del gol, el Chelsea se diluyó. De hecho ya empezó el partido diluído. Como si esa guerra no fuese con ellos. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Porque el empate se olía a la legua. Y llegó. A falta de Thievy bueno fue Anichebe (el jugador que llegó del Everton), que a punto estuvo de darle la victoria al West Brom en el último suspiro. Un empate que hace peligrar el liderato del Chelsea y que le da un pequeño (pequeñísimo) respiro al equipo de Pepe Mel, que comienza a funcionar a mostrarse como un cuadro con coraje y cien por cien competitivo. Bien por Pepe.
La desorbitada victoria contra el Arsenal del pasado fin de semana hacía presagiar un bonito miércoles para el Liverpool. Sobre todo viendo que debía visitar al Fulham. Pues no. En esta Premier no hay un Dios que se relaje.
A pesar de Skrtel y de Kolo Touré, el Liverpool logró remontar. Y además remontó dos veces. Todo es mejor en tu equipo si tienes a gente como Coutinho y Gerrard (excepcional su pase a Sturridge) que mitiguen las ganas de cagarla de otros miembros de la plantilla.
Aunque Brendan Rodgers no se viera candidato al título, lo cierto es que su equipo se ha colocado a cuatro puntos del líder, y viendo como está el tema cualquiera se pone a descartar contendientes.
Lo de Adebayor sigue siendo un misterio. Su capacidad goleadora no. Lo de que Villas-Boas no reparara en el muchacho. A estas alturas del campeonato se ha destapado como el revulsivo de los Spurs. Otro duro golpe para Soldado.
Contra el Newcastle otros dos tantos. Suma y sigue para mayor gloria de Sherwood que no es que sea su descubridor. Es que solo tuvo que mirar la nómina de jugadores y darse cuenta que Manolito tenía ficha. A su tran-tran tiene al Tottenham quinto en la tabla, cada vez más cerca de hacerse con una plaza europea.
Lo del Newcastle AC (After Cabaye) ya es un melodrama en toda regla. Desde la marcha del francés, solo han podido sumar un punto de 12 posibles: empate a cero contra Norwich. Y gracias.
Pero todas las miradas estaban puestas en el duelo que enfrentaba a Arsenal y Manchester United. Al termino del partido, los encargados de seguridad del Emirates tuvieron que ir despertando uno por uno a los espectadores que sufrieron tamaño sopor entre dos equipos de los que se esperaba mucho más.
En activa y en pasiva ya he dicho demasiadas cosas sobre Moyes y sus muchachos. Europa se aleja, no digo más.
Los gunners, por su parte, tienen toda la pinta de volver a construir su enésimo fracaso. Perdieron la oportunidad de recuperar el liderato. Quizá sea el mal menor. El mayor reside en que el equipo va cuesta abajo y sin frenos. Sin Walcott y con Giroud en el estado que todos esperábamos a principio de temporada (normalillo tirando a «a este tío no lo ficho»), con Arteta en la séptima luna y con un Özil que comienzan a plantear más preguntas que ofrecer respuestas, los muchachos de Wenger siguen en un bache que ha hecho saltar todas las alarmas. No es de extrañar viendo los precedentes.
No ha empezado nada bien su particular tour de force en el que solo ha logrado arrancar un punto y en el que salió goleado (5-1) de Anfield. Espera el Bayern de Guardiola en Champions después de otra visita a Anfield para la 5ª ronda de la FA Cup. Tendrá que echar el resto contra Sunderland, Stoke y Swansea, a priori los rivales más asequibles para puntuar porque después vienen Bayern (dependiendo de como haya ido el primer partido), Tottenham, Chelsea, City y Everton. Así, para que no se aburran.
El temporal de viento y lluvia llevó al aplazamiento de los partidos que enfrentaban a Everton contra Crystal Palace y al Manchester City contra el Sunderland, por lo que, tirando de calculadora (a lo Mourinho), el Chelsea puede seguir disfrutando del liderato.
Álvaro Ramírez
@YoSeDeLaPremier