Jesé, al PSG: Falta la firma
Quién le iba a decir a Jesé Rodríguez (Las Palmas, 1993) a principios de temporada que a finales de enero se le estaría demandando como titular del Real Madrid. A broma le habría resultado ver su nombre en algunas quinielas para el Mundial de Brasil y más quimérico aún mencionarle como posible candidato al Balón de Oro en el futuro. En junio del año pasado podía sonar a chirigota pero ahora ya no. Después de sus últimas actuaciones todo el mundo empieza a tomarle muy en serio. Real Madrid, Mundial, Balón de Oro… Jesé no va de farol. 

Actualmente el canterano se ha ganado a pulso ser al menos el jugador número 12. Ha sido titular en ausencia de Bale y aunque la reaparición del galés le ha relegado al banquillo se sitúa como uno de los primeros cambios. Para llegar hasta ahí nadie le ha regalado nada al canario. Está donde está con todo merecimiento, a base de goles, de asistencias y de acciones productivas para el equipo. Comenzó la temporada sin hacer demasiado ruido aceptando su rol como sustituto natural de CR7 y recogiendo las ‘migajas’ que Ancelotti le iba dejando en el camino. Pero poco a poco ha ido aprovechando esas oportunidades y esas migas ya son muchas migas. Ha demostrado que funciona haciendo de Cristiano, como delantero centro y sobre todo partiendo desde el carril del 10. Está preparado para asumir responsabilidad.

Sus números son clarividentes. En Liga suma 4 dianas –marca cada 100 minutos– y además ante rivales rutilantes (en el Nou Camp, en Mestalla, en San Mamés y en casa ante el Villarreal). Es el máximo goleador madridista en Copa del Rey con tres tantos (uno de ellos al Atlético de Madrid) y lo único que le falta para completar su espectacular desembarco en el fútbol de élite es desvirgarse en la Champions, competición en la que suma tres partidos sin mojar. En total, el canario ha jugado 24 partidos marcando siete goles y repartiendo seis asistencias lo cual no es moco de pavo.
Hacerse hueco en el conjunto de Chamartín no es nada fácil para un canterano. Y más aún de tres cuartos hacia arriba con estrellas como Benzema, CR, Bale, Di María, Isco… Sino que se lo digan a Portillo y Mata o a Negredo y Soldado. Tenían talento de sobra pero no triunfaron, hacía falta más. Sin embargo el canario es diferente, no se arruga ante la presión y ya se ha metido al Bernabéu en el bolsillo. Es un ídolo en potencia. A sus 21 añitos quiere recoger el testigo de Raúl como ilustre representante de La Fábrica y por eso no quiere ni ir demasiado deprisa ni dar un paso en falso. Hay que ir pasito a pasito. Aún le queda muchísimo por aprender, por el momento está viviendo un aterrizaje inmejorable y halagos por doquier pero vendrán mal dadas y será entonces cuando se vea su personalidad. Porque al nivel del Madrid hasta el mejor de los mejores (llámese Raúl, Zidane o Di Stéfano) sufrieron altibajos y tan importante es llegar como estar preparado para caer y volver levantarse. No lo duden, tenemos (y me refiero al Madrid y a La Roja) Jesé para rato.