La victoria del Rayo Vallecano de la jornada de ayer ante uno de sus rivales directos, el Almería supuso la confirmación de una serie de hechos, la primera y que sirve de resumen es que el rayo Vallecano consigue salir de los puestos de descenso que ocupaba desde hacía varios meses. La victoria se consiguió principalmente por el buen juego del equipo que no dio tregua al conjunto andaluz, reafirmando lo visto en las últimas jornadas ante Valencia en casa y la Real Sociedad en Anoeta (encadenando 3 victorias seguidas por primera vez en la temporada. Paco Jémez ha conseguido lo que parecía imposible en las peores rachas de la temporada, seriedad en defensa sin renunciar a un juego vistoso y atrevido en ataque que se refleja en posesión del balón, control del partido y goles.
A la importante victoria en casa frente al Valencia y la inesperada victoria contra la Real tras exhibición rayista, esperaba el trascendetal partido contra el equipo del joven y discutido Francisco. El Rayito fue muy superior, aunque hay que recordar que hace pocas semanas estos partidos también se perdían. El partido de ayer supuso la confirmación (la segunda) de que el equipo está entonado y que cree en sus posibilidades. A ello sin duda contribuye un equipo titular que el aficionado rayista empieza a saberse de carrerilla, con dos únicas dudas, el medio centro recuperador acompañante de Trashorras en el que se podrían alternar, por sus buenas actuaciones, Baena y Saúl; y el lateral derecho, ayer ocupado por Arbilla por la ausencia de Tito. En todo caso no se trata de grandes dudas y la contribución de cualquiera de ellos no modifica en absoluto la columna vertebral del equipo formada por los centrales Ze Castro – Gálvez, el manejo del capitán Trashorras en la dirección del juego (enorme ayer Roberto), la línea de 3 mediapuntas en la que se consolidan Falqué, Bueno y Rochina en detrimento de Lass o Viera, y sobre todo en su delantero Larrivey, del que poco hay que añadir, ya que bastante está hablando el argentino sobre el campo (4 goles en los últimos 3 partidos). Por lo tanto, un 11 titular que funciona con un 9 ídolo de la afición y convertido al rayismo y que, más importante todavíia, mete goles. Otras dos hechos confirmados.
Por último el papel de la afición, que se sabía convocada para este partido como suele ser habitual en la historia de este equipo, y que no defraudó, el bufandeo del m. 24 hay que vivirlo porque es difícil de explicar, convencido de que no se trata solamente de mi forofismo, sino de que estamos ante una de las mejores aficiones de España, sin duda. Una nueva confirmación. Además tiene un mérito doble, no sólo por el apoyo a los jugadores desde las gradas, sino también por el buen comportamiento de toda la afición, algo digno de destacar de una afición que ha sido asquerosamente tratada y criminalizada, incluso desde dentro del club y afectando no solamente a su grupo más «ultra» o apasionado y comprometido, Bukaneros sino a otras zonas y seguidores, que quieren tanto a su equipo como los animosos chavales del fondo sur. Sin olvidar estos hechos y otros muchos, al menos hay que reconocer a quién le corresponda desde la dirección del Rayo Vallecano las campañas de precios de los últimos partidos. En este sentido, la confirmación de que el campo se va llenando contribuyendo a crear una caldera que ayude al equipo, parece evidente y positiva para todos. Si a eso se une la campaña en contra del racismo, Vallecas siempre ha sido ejemplar en este grave problema del fútbol actual, es otra evidencia de que las cosas bien hechas funcionan. Otra confirmación es de que el equipo entra enchufado a la última etapa del campeonato liguero (10 partidos quedan) pero que no hay que bajar los brazos ni confiarse en que el trabajo está hecho, aunque no hay duda de que al menos 4 partidos serán clave, el próximo a domicilio contra el Real Valladolid y los de casa contra Osasuna, Betis y en la última jornada ante el Getafe, de todos ellos dependerá la consecución del objetivo de la permanencia de los franjirojos otra temporada más en primera división.
Por último, y volviendo al idilio equipo – afición y tras el emotivo baile del equipo junto a la afición al final del partido, se esconde un hecho ocurrido en la última derrota del rayo en liga contra el Sevilla. Al finalizar ese partido y con un panorama bastante pesimista, la afición, concretamente Bukaneros obligó a los jugadores a salir al campo de nuevo para recibir el cariño y el apoyo del estadio de Vallecas, áquel día y en circunstancias difíciles, los jugadores se dieron cuenta de que cuentan con un arma muy poderosa junto a ellos, la participación de la afición en todos los partidos que quedan hasta el final de temporada, sobre todo en casa pero también fuera. Ese día me fije en Larrivey, y no tengo ninguna duda de que fue clave para él (y muchos otros) en su buen rendimiento posterior, y como no… el hecho confirmado de que el argentino se ha enamorado de esta camiseta con una franja roja cruzando el pecho. Que sea para muchos años Joaquín.