La Semana Santa nos recuerda lo que hace algo más de 2000 años pasó en Tierra Santa y mantiene vivo su significado. Aprovechando que estamos cercanos a tan señalada fecha y para mirar en otro fiel espejo, tenemos al FC Barcelona.

Esta campaña será recordada como aquella temporada donde unos soldados romanos con traje y corbata, maltrataron y flagelaron a un Barcelona que hacía las veces de Jesucristo. Podemos ver un claro símil entre lo que ocurrió en Israel y lo que acontece en la Ciudad Condal en nuestros días, y no se me alarmen ni descontrolen que el asunto tiene tela. El escudo del Barcelona ya ha sido violado y pertrechado en demasiadas ocasiones y no se atisba un milagro a corto plazo.

Nos remontamos al año pasado, Abidal recayó de su terrible cáncer en el hígado y la vida le daba de nuevo una bofetada cruel e inesperada. España entera sufrió una conmoción que traspasaba toda lógica y se acercaba a la afección fruto del sufrimiento de un ser querido y cercano. Muchos no conocían a Abi pero todos le tenían un cariño especial y su traspiés tocó la fibra al país entero. Rosell y sus secuaces debían responder al sufrimiento popular e hicieron saber al pueblo su apoyo incondicional a Eric y su familia, prometiéndole además una renovación inmediata a terminar el año. Abi se recuperó y al finalizar el año llamó a la puerta de Rosell, éste se la cerró en las narices, lavándose las manos al más puro estilo Pilatos. Patada en el culo y a otra cosa. El Barcelona como club sufrió la primera caída, la cruz de la directiva pesaba demasiado.

La segunda caída no se hizo esperar, el mismo año Rosell cerraba un fichaje de Neymar tan siniestro como corrupto. Sus amigos aprovecharon el complejo entramado que entrañaba la figura empresarial de Neymar y cogieron su trozo, planeando una ingeniosa aunque ineficaz huida de Haciena. La bomba explotó pocos meses después y las caretas fueron quitadas, el escándalo se presumía antológico y el Barcelona volvía a ser olvidado por unos fantoches que poco les importaban los colores si la cuenta en Suiza estaba llena. Los latigazos eran terribles.

Andoni Zubizarreta lleva 4 años haciendo el ridículo

Por último, los romanos que jugaban con la salud de Jesucristo fueron de nuevos descubiertos, esta vez por la FIFA. Un nuevo escándalo anidó en el seno de Can Barça aunque no fue nuevo el motivo: billete. Resulta que la directiva llevaba años fichando a menores de edad de manera irregular, pasándose por el forro el ordenamiento normativo y terminando por destrozar la imagen de un club tan reconocido como el que «dirigen». El club fue sancionado sin fichar en 2014 y posiblemente dicha sanción sea revocada, pero el daño está hecho: nuevo ridículo de Rosell y los suyos. Es la tercera caída, veremos si el club blaugrana se levanta con el mismo honor que Cristo.

Autoría de fotografías: LA VANGUARDIA y www.elperiodico.com