Corren tiempos revueltos en el entorno rojiblanco (horizontal). Los resultados, ciertamente mejorables en las últimas semanas y el peligro inminente, es nuestro sino, se han visto desplazados por una noticia ¿inesperada?.
Lo pongo entre signos de interrogación, y es que a pesar de la gravedad del asunto, pocos han expresado su sorpresa por la misma.
Si al pueblo llano no le ha extrañado, los más cercanos ¿temían algo así?, ¿se tomaron medidas?, ¿fueron suficientes?, las respuestas están en el aire que diría Bob.
En cualquier caso no hay más que un único responsable de todo. No podemos buscar responsables de una acción humana ¿voluntaria?.
Dicho esto, ¿es justo que un periódico de tirada nacional publique una cosa de esta envergadura sin que haya una confirmación oficial?, ¿qué periódicos denominados serios hagan escarnio y chanza de un hecho no confirmado?, Blowing in the wind…
El caso es que el rendimiento de este jugador ha sido inversamente proporcional a las expectativas que ha ido despertando, ahora la mayoría le recordarán por este incidente, grave, pero incidente.
Yo como aficionado prefiero recordar como nos levantó de los asientos en aquella jugada, aquel minuto 71, aquella fase de ascenso el 20-05-2010 en que algunos pensamos que todo iba a cambiar, de como su simbiosis con Guillerme Siqueira nos hizo ser un poquito felices, él, nos guste o no, es parte de esta etapa tan bonita que vivimos. Yo prefiero recordarle así, haciendo feliz a una castigada afición.
Dani, yo te seguí «defendiendo» aún cuando todos te gritaban cosas desagradables, pero esta vez no puedo defenderte. Ni siquiera yo… gracias Dani y suerte.
Autor: Miguel Ángel Cañaveral Collantes (@todomigue)
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