El Atlético de Madrid Vivio Otra noche de gloria en Stamford Bridge al Derrotar 1-3 al Chelsea de Mourinho. Jugaron Una Segunda instancia de parte párr enmarcar, Enseñando al Mundo las carencias de los azules y estaran en la soñada final, de Lisboa Que les enfrentará al Real Madrid.
Stamford Bridge, 37.918 espectadores
CHELSEA 1
Fernando Torres 36 ‘ATLÉTICO DE MADRID 3
Adrián 44 ‘, Diego Costa (p) 60’, Arda Turan 72 ‘
Otra noche mágica. Otra noche escrita en rojiblanco y en un escenario memorable. Stamford Bridge, algo parecido a una fortaleza inexpugnable que ayer no tuvo mas que rendirse y entregar las armas. Se empiezan a agotar (si es que no se agotaron ya) los adjetivos para el equipo que ha formado el Cholo Simeone, y lo de equipo me lo ponen en mayúsculas, que ha pasado de disfrutar de un sueño a despertarse y darse de bruces con la maravillosa realidad de la que han hecho rutina. El Atlético gana, compite, lucha y se deja la piel en el campo. Partido a partido (quizá, una serenata un tanto cansina este curso) acarician la Liga con los dedos y estarán en Lisboa el próximo 24 de mayo. Enfrente tendrán al Real Madrid. Ahora no toca pensar en ellos. Es momento de disfrutar.
Era obvio que el Chelsea debía aparcar el autobús (esta vez fuera del estadio) y dedicarse a otros menesteres. No iba a ser tarea fácil, desde luego. Si además, la noche previa a la gran noche no te sale nada, apaga y vámonos. Porque enfrente tienes al Atlético de Madrid. Claro que los del Cholo, haciendo gala de su ya poética cautela, sabían que enfrente estaba el Chelsea. Y Mourinho. Tanto monta.
Por eso no es de extrañar que los dos equipos comenzaran el partido con un respeto mutuo que se hizo largo, fallones, tímidos y con miedo a que un vendaval les jodiera el viaje a Lisboa. Dos estrategas en los banquillos y dos equipos dispuestos a matar a la menor ocasión. Iba a ser un partido que se decidiría por detalles, decían. Al final, todo patas arriba. Una vez más, la insoportable magia del fútbol.
El primer aviso (serio aviso) lo dio Koke, quizá una premonición de lo que iba a venir después, enviando un balón al travesaño que pilló a Schwarzer por sorpresa. Sin embargo, el primer gol iba a tener color azul. Una gran jugada de Willian, que logró la única mancha en el historial de Filipe Luis en el partido, terminó en los pies de Azpilicueta que metió un balón para Fernando Torres que batió a Courtois.
Torres. Fernando Torres. Ese niño, que ya no es tan niño, que se empeña en resucitar una y otra vez. Ese gol clave en los momentos clave al que ha acostumbrado a poner su firma y que esta vez no celebró, en otro ritual de respeto al club que lo hizo grande.
El 0-1 era un giro de guión previsible. Un gol metía en la final al Atlético. Lo único que había que hacer era tomarse las cosas con calma. Levantarse del golpe y seguir luchando. Así fue como llegó el empate, a un minuto del tiempo reglamentario de la primera parte. Juanfran alcanzó un balón que parecía perderse para terminar en saque de puerta y lo metió para la llegada de Adrián, ante la pasividad de la defensa blue, que batía a Schwarzer y hacía sonar las alarmas en Lisboa. Que llega el Atlético.
Para entonces, y a pesar del tanto inicial de Torres, el Atlético había desnudado algunas de las carencias del Chelsea. Era cuestión de explotarlas y rematar la faena. Juanfran se creyó capaz de comerse a un débil Hazard, Filipe Luis pensó que lo de Willian era algo pasajero, Arda Turan se iba viniendo arriba y todos vieron que Cahill no era el de la ida, que Terry muerde pero que no hace tanto daño, que Ivanovic y Azpilicueta se estorbaban y que Cole iba a dejar de ser un problema.
Efectivamente Cole dejó de ser un problema cuando Mourinho decidió cambiarlo para dar entrada a Eto’o. Una salida propia del portugués pero que esta vez no funcionó. Todo lo contrario, empeoró más las cosas. Porque Cole puede ser Cole pero con más mano a la hora de defender. Mano que no tuvo Eto’o cuya torpeza con un penalti estúpido le daba un vuelvo al partido. No falló Diego Costa desde el punto blanco (quizá porque lo colocó estupendamente, acción que le costó una amarilla). Delirio rojiblanco.
La eliminatoria sentenciada y el Chelsea aniquilado. K.O en su propio estadio. Viendo imposible y desesperante batir a un Courtois que paró lo imparable en otra noche majestuosa.
Quedaba la puntilla. La daría Arda Turan, de menos a más en todo el partido. Una pieza clave para el Cholo. Tiago buscó a Juanfran, Juanfran cambió la dirección del balón y allí estaba el turco para rematar la faena. Ardaturanismo. Éxtasis rojiblanco. Lisboa. Felicidades atléticos.
Fdo: @alv_var