Estimado Andoni:
Como usted bien sabe, y me temo saben ya todos los aficionados al fútbol, al Fútbol Club  Barcelona de esta temporada lejos le queda el gran equipo que mucho tiempo lleva luchando por haber alzado tres trofeos llegado el verano. Incluso suena a sacrilegio en los días que corren para este club, hablar de aquel mágico Sextete de la temporada 2009. Por si usted, mientras ejercía su “gran” labor de Director Deportivo, no había llegado a darse cuenta de tal desgracia, por favor le pido que no se alarme.
A la vista de todos los aficionados está, querido Andoni, que uno de los principales problemas del Barcelona este año, radica en la defensa (de las polémicas sobre el fichaje de Neymar o la actitud de Messi quizás podamos hablarlas en otras cartas). Quizás, durante las largas horas que se ha debatido sobre este tema, usted haya podido llegar a escuchar que el problema está en la baja calidad de los jugadores, incluso haya visto dedos señalando a la figura del pobre Don Gerardo ‘el Tata’ Martino.
Me gustaría desmentir estas dos teorías antes de pasar a hablar de las posibles verdaderas soluciones. Hablar de la baja calidad de los futbolistas en un equipo como el Fútbol Club Barcelona es casi un ultraje. Teniendo a uno de los mejores laterales izquierdos del mundo, como es Jordi Alba, y a un genio brasileño como Dani Alves por la derecha (cuando saca un tiempo libre después de subir sus famosos bailes a las redes sociales), no se puede decir que en los laterales falte calidad. Y en el centro tenemos a un tipo con veteranía, que siempre cumple y que además, juega en una posición que no es la suya original (funcionado como parche, ante su aparente insistencia, don Andoni, y la del señor Sandro Rosell de no traer un central de garantías en los períodos de fichajes que tanto tiempo llevan anhelando la afición y los entrenadores), como es Mascherano, y como pareja cuenta con un gran Gerard Piqué, que si bien es verdad no está pasando por su mejor año, es un central de talla mundial. Y para dar descanso a estos cuatro, dos chavalitos de la cantera que han solventado perfectamente la papeleta cada vez que han tenido que dar la cara, que es lo que se espera de un canterano con hambre de oportunidades, hablo de Martín Montoya y Marc Bartra (al que poco se le puede culpar por el segundo gol recibido en la reciente final de la Copa del Rey obra de Gareth Bale, en parte por su lesión, en parte por la falta de veteranía al no intentar hacer falta cuando vio que se le escapaba). Este punto queda claro, los fallos individuales no son.
Y el segundo punto, al entrenador rosarino poco se le puede achacar, querido Andoni. Ha llegado al Fútbol Club Barcelona en un año en el que ha tenido que estar más pendiente de desmentir cosas en las salas de prensa, que de preparar a conciencia partidos. Raro es el día en el que no tiene que dar alguna explicación nada más sentarse (Neymar, Messi, falta de hambre del equipo y un largo etc.). Y en el que además, se han destapado vergüenzas económicas, que si bien no debería afectar a su trabajo y el de sus jugadores, crea una lógica inestabilidad en el club. Por estas razones, creo que sería bastante injusto condenar a un gran entrenador, en su primer año en este gran club, por la mala campaña realizada y por los fallos técnicos en defensa.
Ahora es cuando voy a comentarle cuáles creo que son las verdaderas razones del nefasto año defensivo del Barcelona:
Una comentada en cada programa de deportes del telediario de verano y de invierno durante muchos años ya: no fichar un central. Lo pidió Tito, lo pidió Martino y a ambas peticiones se han hecho oídos sordos. Y por ello lleva Mascherano un año jugando fuera de su posición. Por ello y porque el gran capitán de melena rizada, el avión que voló sobre cielo sudafricano para meternos en aquella final de la Copa del Mundo, alma de este equipo, está para pocos trotes ya.

Y aquí es donde empieza el segundo punto, para mí, querido Andoni, el más importante. Porque lo más achacable al Fútbol Club Barcelona de este año es la falta de coraje. Y eso es algo que el señor Don Carles Puyol, no permitiría. Aunque pueda sonar una teoría exagerada, el principal problema del Barcelona este año, es haber perdido el espíritu, el corazón, el dar el 200% en cada partido. Y eso, amigo, es debido a la falta de Carles Puyol. Un once en el que la batuta la sigue llevando nuestro querido Xavi, y en el que Andresito Iniesta sigue con la pelota cosida al pie y bailando un tango cada vez que la recibe, en ese once, se ha perdido al líder, el timón, el señor que portaba el estandarte del Fútbol Club Barcelona para que ningún despistado (sea jugador, directivo o aficionado) se apartara del sendero blaugrana que tantos años seguía el camino de la victoria. Y eso, no lo cubre un chavalín de 20 años brasileño, no lo cubre el mejor jugador de la historia del Fútbol Club Barcelona, el hueco que deja un líder, no lo rellenan los millones.

Por eso señor Zubizarreta, creo que usted y el señor Bartomeu, deberían solventar rápido este mercado estival la papeleta de fichar un gran portero (si es que no está ya cerrado el gran guardameta Ter Stegen), cumplir por fin el sueño azulgrana de traer un central decente, y centrarse, junto con nuestro amigo Gerardo, o con el nuevo técnico que llegue, buscar fehacientemente esa persona que porte la bandera a rayas rojas y azules, que muera cada partido y reviva para cada entrenamiento, busque a nuestro nuevo Leonidas, el William Wallace (quien sabe si apellidado esta vez Bartra, Piqué o ni siquiera este aún en la plantilla) que necesita este club, y le pido por favor, devuelvan ustedes las tardes de gloria y magia que antaño vivimos en nuestro particular Teatro de los Sueños.

 

Un cordial saludo.

Alejandro Abad (@AlejandroJabad)